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Los grupos de animación infantil que el Ajuntament de Manacor había destinado al entretenimiento de los más pequeños para la Rueta pasaron ayer su examen con muy buena nota. Durante toda la tarde los chavales, ataviados con sus mejores disfraces, disfrutaron al ritmo de la música y la diversión que inundó durante horas el centro peatonal de Manacor.
Monjas novicias acompañadas por pequeños frailes, animales varios, héroes de cómic, personajes de dibujos animados, brujas y princesas y otras tantas figuras típicas llenaron el centro de color. Los niños corrieron, saltaron y bailaron durante toda la tarde bajo la atenta mirada de sus madres, que disfrutaban tanto o más que ellos al verles sonreír.
Cuatro escenarios montados especialmente para la ocasión permitieron a los distintos grupos hacer más vistosa su actuación. Además, un Charles Chaplin de lo más particular acompañado por un compañero de aventuras recorrieron el centro montados en un pintoresco automóvil lleno de cachivaches colgados. Los chavales corrían tras ellos intentando que Chaplin les hiciera un gesto.

La charanga de tambores también dejaba oír sus batucadas anunciando más diversión a su paso. A pesar que en Manacor, desde hace ya varios años, no se organiza ningún desfile de disfraces con motivo dedijous llarder, los niños no dejan de salir a la calle para mostrar sus excepcionales modelos por un día. Algunos incluso, ya acuden disfrazados al colegio a primera hora de la mañana. Todo sea por ser un Spiderman el máximo de tiempo posible. La rueta es en Manacor, como en el resto de pueblos en que se celebra, el paso previo a la Rua. El paso previo a la explosión de color y a dar rienda suelta a la imaginación. La Rua, el día en que cada uno es un personaje diferente, el día en que todo está permitido.
Durante la jornada de ayer en Manacor, destacó la notable ausencia de los botes de espuma que muchos de los chavales portaban en años anteriores. Por suerte, la espuma en Manacor se ha acabado puesto que era un elemento más que molesto para muchos y que en más de una ocasión conseguía deslucir los disfraces.

Las comparsas que se pudieron ver ayer por el centro de la localidad no eran en exceso numerosas pero sí vistosas. Pitufos, esquimales, bailarinas de samba y cantantes de rock se dieron cita por las calles de Manacor. Convivieron en armonía y bailaron al son de la misma música.
La rueta es el lugar y momento ideal para que todos olviden sus diferencias y aprendan la tolerancia. Así, también pudieron verse ayer disfraces de distintas nacionalidades como chinos, japoneses, africanos e incluso algún que otro americano.
Algunos optaron por ponerse máscaras y caretas aunque no fueron la mayoría. Las pelucas de colores y las pinturas estuvieron ayer a la orden del día. La tarde de Manacor fue un auténtico mar de diversión y de disfraces de lo más variado.

M. Puigròs