Gente de todas las edades y de muchos municipios de Mallorca participó ayer en la tradicional Pujada a Lluc a Peu de la Part Forana.

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Alrededor de 6.000 personas de diferentes municipios de Mallorca se dieron cita durante la madrugada del sábado y la mañana de ayer para participar en la XXIII Pujada a Lluc a Peu de la Part Forana, organizada por la Associació de Blauets y financiada por el Consell de Mallorca.

La subida a Lluc contó con una gran participación de marxaires de pueblos como sa Pobla, Muro, Porreres o Campos, entre otros municipios, que se reunieron sobre las cuatro de la madrugada en Inca para continuar su marcha junto al resto de peregrinos que prefirieron desplazarse hasta la ciudad de la piel para iniciar allí el tradicional recorrido a pie hasta el Monasterio de Lluc.

Durante el transcurso de la marcha, miembros de Protección Civil, ambulancias y coches escoba se encargaron de velar por la seguridad de los marxaires. En el transcurso de la marcha no se produjo ningún incidente grave en los peregrinos salvo algún esguince o mareo sin demasiada importancia.

Una vez en Lluc, los caminantes fueron recibidos en la Font Coberta con un buen chocolate caliente y comida para reponer fuerzas. Un grupo de xeremiers se encargó de amenizar su llegada.

Los actos siguieron en el Santuari de Lluc con el Acolliment y la entrega de la insignia de los Antics Blauets a Rafel Crespí Coll, un peregrino de 88 años, por su fidelidad a la pujada desde hace ya 75 años. Crespí es el segundo homenajeado por parte de los Antics Blauets, ya que hace dos años Jesús Martí de Sóller también recibió la insignia por su participación en las 21ª edición de la Pujada a Lluc.

Después del homenaje, los municipios que participaron en la diada realizaron la ofrenda floral a la Mare de Déu y se prosiguió con la eucaristía solemne presidida por el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda.