La gente no sabe qué hacer con los pinos caídos.

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Los aserraderos y leñadores de Mallorca están recibiendo cada día un alud de llamadas de particulares que tienen pinos derribados por la tormenta pidiendo información sobre si este sector compra o está dispuesto a ir a recoger los troncos caídos. En la mayoría de los casos la respuesta es la misma: el pino no interesa ni para hacer leña. «No lo queremos ni regalado», explican desde la empresa Leñas Moranta porque «es malo para hacer fuego y la gente no lo compra, sirve para calentar pero se quema muy rápido», añaden.

Jaume Serra de Leñas y Carbones explica por su parte que «no podemos comprar más leña, lo tenemos todo lleno ya que el año pasado fue un mal año y se vendió poca leña porque no hizo frío. La caída masiva de pinos tras las tormentas ha provocado que los pocos aserraderos que compraban la madera a cuatro, cinco o seis pesetas el kilo, hayan llegado al extremo de tener que cobrar por ir a retirar pinares. «Ante la avalancha que ha habido no lo podemos pagar y de hecho sólo podemos acudir a las urgencias. No podemos dar salida a la gran cantidad de pino que ha caído explicó el encargado de Aserradero Forestal Balear, Gabriel Company.

En cualquier caso, Company afirma que la única solución para dar salida a todo el pino que ha caído es venderlo a la Península. «Aquí es imposible porque la madera de pino en cinco años está podrida, no es lo mismo si la pudiéramos guardar pero no se puede», concluye. No opinan igual en el aserradero C'an Just de Inca, ya que consideran que vender el pino a la Península será demasiado caro. «Antes de la catástrofe comprábamos el kilo de pino a 2'50 pesetas pero ahora no hay precio porque no hay mercado», explican. En C'an Just consideran que el Govern «debería almacenar el pino y después vendérnoslo; dentro de dos años no podremos talar pinos porque no nos dejarán. Este pino, si se acopia, puede aguantar dos años y si algo llega a pudrirse que se utilice para hacer compuesto».

La tormenta derribó un pino de 200 años en Porreres
Porreres fue uno de los pueblos donde mayor fuerza tomó el temporal. Prueba de ello es que provocó que el pino del Torrent de Son Roig cayera tras más de 200 años de estar en pié. Este pino fue catalogado por el Govern balear en 1991 y era muy querido por los porrerencs. Son pocos los vecinos del pueblo que en su etapa de escolares no realizaron una excursión a ver el pino y comprobaron cuántos compañeros de clase eran necesarios para abrazar su tronco. Una de las características que más impresionaba de este árbol es que tuviera 34 metros de altura y el tronco fuese completamente recto. Ahora el Ajuntament de Porreres solicitará al propietario de la finca que les ceda un trozo del pino de Son Roig para colocar una placa conmemorativa. También en Porreres, la tormenta derribó una mata y otro pino también catalogados en es Monjos.