El cantante celebró ayer en Palma con la prensa el ecuador de su gira. Foto: JAUME MOREY

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Esta noche, a partir de las 22.00 horas, el Coliseo Balear se inundará con unos ocho mil seguidores del cantante español más internacional: Julio Iglesias, que ofrecerá un concierto dentro de su gira «Noche de cuatro lunas». Pero, para que esto sea posible, un gran número de profesionales ha trabajado a sol y a sombra durante dos días para montar todo el equipo necesario para este espectáculo musical. Después del concierto de Alejandro Sanz, que tuvo lugar el pasado sábado, los «currantes de piñón fijo», como ellos mismos se denominan, se pusieron manos a la obra para desmontar el gran escenario sobre el que cantó el autor de Corazón partío. Al día siguiente, es decir el domingo, esos mismos trabajadores se trasladaron hasta la plaza de toros para proceder a la instalación del escenario que dentro de unas horas acogerá a Julio Iglesias.

Horas y horas de arduo trabajo, bajo un abrasante sol veraniego y con apenas 60 minutos de descanso para comer algo y refrescarse, son las que respaldan a estos 42 empleados de conciertos. Uno de ellos, Juan Carlos Gallardo, de nacionalidad argentina pero residente en la Isla, explica que su trabajo consiste en «cargar y descargar todas las piezas del escenario para después unirlas una a una». Resalta que, pese a que el escenario de Julio Iglesias refleja la magnitud e importancia de este cantante, el de Alejandro Sanz «es el más impresionante que he montado, técnicamente hablando». Juan Carlos lleva dos años dedicándose al montaje y aclara que prefiere el trabajo de invierno al del verano, puesto que en esa época, carente de conciertos, se encarga de «armar las obras de teatro que se llevan a cabo en el Auditòrium». El nivel de exigencias va estrechamaete unido a la relevancia del artista en cuestión. Así pues, «trabajar con el equipo de Sting, que hace dos veranos actuó en la Isla, fue un auténtico placer porque son unos profesionales como la copa de un pino», asegura Juan Carlos.

Por su parte, Christopher Johaneson, natural de Suecia, sólo lleva un mes de montador, aunque se define como «un auténtico profesional», ya que, según él, «es un trabajo que es muy fácil de aprender, sólo hay que tener ganas y fuerza». Ellos dos, junto con el resto de sus compañeros, son los encargados de montar la base escénica para que después, el equipo de Julio Iglesias instale hoy todo lo relacionado con el montaje de sonido, iluminación y decorado. Un total de seis tráilers, cinco autobuses y 100 personas en gira procedentes de todos los rincones del mundo son los responsables de una puesta en escena muy cuidada.

El escenario inicial de Julio Iglesias es de 400 metros cuadrados, aunque ha sufrido algunas variaciones para adaptarlo a las pequeñas dimensiones del Coliseo Balear. 600.000 vatios de luz, 150.000 de sonido, 150 focos móviles de última generación y dos pantallas de tecnología punta, con realización en directo, permitirán que el público mallorquín pueda disfrutar de este cantante en toda su grandeza, que estará arropado por tres bailarines y nueve músicos de reconocido prestigio.