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El millonario australiano y nacionalizado en la Isla Dominica Christopher Skase falleció en la noche de ayer en su domicilio de sa Coma, en Andratx, como consecuencia de la grave enfermedad que le provocó en los últimos meses numerosas recaídas y una considerable pérdida de peso. Precisamente su delicado estado de salud había evitado hasta ahora su extradición a Australia, país que le viene reclamando desde el año 1994 para juzgarle por más de 30 acusaciones pendientes como consecuencia de la quiebra de su grupo empresarial Quintex, dedicado a los medios de comunicación y hoteles, que dejó deudas de 200.000 millones de pesetas.

Esta petición oficial de extradición se produjo cuando el magnate australiano ya llevaba varios años escondido en la Isla, a donde llegó en 1991 huyendo del acoso judicial. Su caso dio la vuelta al mundo y era objeto de un exhaustivo seguimiento por parte de los medios de comunicación del continente australiano ya que se había convertido, sin duda, en su fugitivo más famoso. Precisamente el «caso Skase» fue el principal tema que trataron el pasado mes de febrero el ministro australiano de Asuntos Exteriores, Alexander Downer, y su homólogo español, Josep Piqué.

El portavoz del ministro australiano, Matt Francis, explicó en la que era su primera visita oficial a España, «que el ministro insistirá a España en la importancia de este asunto para Australia». Cabe recordar que la Delegación del Gobierno en Balears decretó la expulsión del millonario australiano e incluso que hubo decisiones judiciales favorables a la extradición. Sin embargo, los abogados del magnate refugiado en Andratx consiguieron, una vez tras otra, posponer esta decisión basándose en su delicado estado de salud ya que, entre otras enfermedades, padecía cáncer.

De hecho el pasado mes de enero los asistentes legales de Skase habían presentado en el Tribunal Constitucional un recurso en contra de la expulsión decretada por la Delegación de Gobierno de Balears. Desde Australia, especialmente sus medios de comunicación, han puesto en duda en numerosas ocasiones los certificados médicos que avalaban la gravedad de su estado e incluso en alguna ocasión han hablado de «maniobra para eludir la Justicia».