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Me temo que hemos entrado en período de sobresaltos, pero que no cunda el pánico. Cada verano, llegando estas fechas, sucede lo mismo, que cualquiera se encuentra cenando a su lado a un famoso, como sucedió el domingo, en que una amiga dice que estaba cerquita de Brad Pitt en un restaurante de la carretera entre Deià y Sóller, que luego no fue. «Se parecía a él», comentó la dueña del establecimiento. Otro dice que lo vio entrando en Moncaire, y otro saliendo de la finca de Branson. Resumiendo, que nos hicimos más kilómetros que Gandarias, corredor sufridor de las vueltas a todo de mi adolescencia.

En cambio, lo que sí es cierto es que andan por estos pagos, por una parte, Pepe Navarro, recién llegado de Eivissa, quien sin duda podría ser el mejor antídoto contra los marcianos de Sardá, mucho mejor, desde luego, que Máximo Pradera. Está con su mujer en un barco amarrado en un puerto deportivo. También es cierto que anteanoche cenaban en Puerto Portals, en el Flanigan, Carlos Saiz y señora con Javier Merino y su novia, Mar Flores, también recién llegados de Eivissa. Parece ser que ambas parejas no sólo son buenos amigos sino que ellos, además, comparten avión privado (de que estaban en Portals cenando me enteré a través del chateo que estuvieron haciendo la hija de un colega con una amiga. Ésta, por lo visto le contaba que habían estado en Portals donde los vieron).

En cuanto al concierto de Van Morrison, pues está prácticamente dicho todo: que no asistirá Zeta"Jones, que Michael Douglas recibirá a los vips "príncipe don Felipe y duques de Palma, según parece" en la puerta de Costa Nord, en un set que se instalará para la ocasión; que al día siguiente, viernes, no habrá cena Reyes-Douglas, ya que se suspende, según parece, por el motivo de que Catherine no está en la Isla. Por cierto, que anteanoche, estando en la entrada del muelle de Poniente, muy cerquita de donde está amarrado el buque-escuela de la Armada Española, una guapa señora me preguntó que cómo podía hacer para llegar al barco. Se lo expliqué. Me dio las gracias y siguió mis instrucciones.

Al rato la vi pasar a pie. Recogía su pelo negro de forma autóctona, en una trunyella. Estaba espléndida. Vestía de verde. Supongo que por aquel vestido y sandalias debió de pagar lo que yo gasto en ropa durante cinco años. ¿Que quién era? Cristina Macaya. Luego, una amiga que habló con ella en el barco, me contó que se había hecho algo en los ojos. Si puede permitírselo "que puede" y si le favorece, ¿por qué no hacérselo? Por cierto, durante cuatro días Cristina no andará muy lejos de Michael Douglas. Por lo que respecta a la visita de los grandes duques de Luxemburgo (padres del actual gran duque) a Marivent, que según mis noticias dará comienzo el próximo lunes, 6, se confirma. Y desde luego, nadie lo ha negado.