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Después de casi un mes de dedicación completa, los estudiantes extranjeros del curso de español número 50, organizado por el Estudio General Luliano, se reunieron en la tarde de ayer en el salón de actos del centro para participar en el acto de clausura. Los encargados de despedir este curso fueron el director de los cursos, Pere Quetglas, Jaume Vicens, secretario general del Estudio General Luliano, y el vicerrector Pere Cerdà.

Este último entonó un discurso de clausura en el que destacó el carácter de convivencia entre distintas culturas de estos cursos. «La globalización no se basa sólo en la economía, sino que los valores humanos son primordiales para llegar a conseguirla», comentó Cerdà. Posteriormente, los alumnos, de nacionalidades tan dispares como la yugoslava, rusa, italiana, entre otras, pudieron saborear algunas de las delicias típicas de la Isla, como la ensaimada y la coca, acompañadas de cava.

Tan sólo un 40 por ciento de los participantes en esta edición se han presentado a los exámenes finales. Todos ellos han aprobado, consiguiendo así dos certificados: uno de lengua y otro de cultura española. Marina Nikolia es una profesora de español en la Universidad yugoslava que ha acompañado a dos de sus alumnas para que participen en estos cursos. Ella aconseja el acercamiento a la cultura hispánica para potenciar y aumentar los conocimientos que se han adquirido en su país.

Jelena y Ana, las dos alumnas, coinciden en afirmar que el nivel del curso ha sido bastante alto, «nos han exigido mucho, pero nosotros lo agradecemos porque de esta manera aprendemos mucho más». A su vez, los profesores aseguran que este ha sido un año muy favorable. «El nivel del alumnado ha sido bastante mejor que en años anteriores; vienen mejor preparados y con mucha ilusión de aprender», comenta la profesora Isabel García.