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Con tan sólo 21 años de edad, Verónica García lleva una trayectoria profesional de lo más ascendente. Es consciente de que el galardón como primera dama de Miss España 2000, Miss Elegancia y el haber quedado entre las diez mujeres más bellas de Miss Mundo, celebrado en Londres e Islas Maldivas, han sido el gran trampolín para que le lluevan ofertas en el mundo de la moda, la publicidad y la televisión. Su fugaz estancia en Mallorca fue puramente profesional. Anoche presentó en Inca, a pesar de su afonía, el certamen de Mister Baleares 2001 y a primera hora de esta mañana salía rumbo a Marbella, donde este fin de semana acudirá a la presentación de una nueva tienda de Chanel.

Sincera, divertida y desbordando belleza, esta joven con su 1'77 de estatura, cabello rubio, ojos color miel y un envidiable físico, cautiva a los hombres y provoca envidia entre las mujeres. Discreta y elegante, confiesa que es muy hogareña y cada vez que su apretada agenda se lo permite viaja a ver a su familia. «Mi familia es lo más importante en esta vida. Estoy orgullosa de mi padre y mi madre, son mis mejores amigos».

Uno de sus hobbies preferidos es la cocina, le relaja llegar a casa y cocinar, «además "comenta" uno de mis mayores placeres es comer, aunque no engordo». En la parte profesional está haciendo algo con Los Morancos y tiene proyectos en la pequeña pantalla, donde le gustaría presentar un programa. La pasarela es otro de sus fuertes, ya que desde los diecisiete años desfila gracias al apoyo y ánimo de su hermana mayor, que fue quien la motivó. El próximo lunes, Verónica regresa a Mallorca para desfilar en la primera pasarela «Illes Balears 2001». El deporte es otra actividad que practica a menudo, «jugué a fútbol de joven y posteriormente hice atletismo en la modalidad de salto de vallas». En cuanto a temas del corazón se sincera diciendo que no tiene un ideal de hombre. «No busco físico, sólo que sea cariñoso y fiel», confiesa.