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La Avinguda Joan Miró, desde la Plaça Gomila hasta la zona de Cala Major, se ha transformado en estos últimos años en un paisaje de degradación que provoca las quejas de los vecinos y los propietarios de establecimientos públicos que temen por el futuro de sus negocios. Visitar la zona resulta toda una experiencia. Suciedad en las calles, aceras rotas y algunas incluso sin reformar, locales cerrados, coches, obras sin concluir, solares a medio tapiar son la imagen negativa de una zona que constituyó hasta hace aproximadamente medio siglo uno de los más bellos rincones de la ciudad y lugar obligado de encuentro.

A pesar de la imagen negativa, también se puede contemplar parte del antiguo esplendor de la avenida y de su entorno. Antiguos palacetes señoriales conviven con pubs y bares en un intento por modernizar el entorno. Y otros edificios, vestigios de un pasado de costa de lujo, están cerrados y casi a punto para ser demolidos. El Ajuntament de Palma contempla, dentro de la redacción de un plan especial para El Terreno, la mejora de la Avinguda Joan Miró y la Plaça Gomila. La redacción de este plan incluye la reordenación urbanística de la zona, la regularización de sus usos y la realización de un estudio sociológico, según han informado desde Cort.

Los vecinos viven con cierto temor el inicio de la temporada turística, lo que supone la apertura de más locales de copas y establecimientos dedicados a la vida nocturna, especialmente en la Plaça Gomila y las calles adyacentes. Cuando más nos aproximamos a Cala Major el ambiente se muestra cambiante. De hecho, los locales más antiguos y degradados son los que están más cerca de los puntos de ambiente nocturno de Gomila. Punto y aparte es la zona que une el ambiente nocturno de Gomila con Can Barbarà, la autopista de Poniente y Porto Pi. Pasar de una zona a otra es como la noche y el día. Toda la Avinguda Joan Miró necesita una rápida actuación por parte de Cort para mejorar su imagen y recuperar parte del antiguo esplendor de esta antigua zona de Palma.