El Rei en Jaume I y la Reina Violant d'Hongria, gegants de Calvià, se mostraban así de elegantes y altivos. Foto: C.M.

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No es que la leyenda de Gulliver se hiciera realidad, ni que los habitantes de Manacor hubieran empequeñecido de repente. Sólo se trataba de Gegants.Tópicos y mitos aparte, el centro de Manacor se llenó de fiesta ayer por la mañana. La gente del pueblo y los visitantes se reunieron en sa Bassa para poder contemplar las danzas de los Gegants que llegaron desde diferentes pueblos de la Isla.

Así pues, el público observó las caras y la vestimenta del Rei en Jaume I y la reina Violant d'Hongria, gegants de Calvià; del Sabater y la Sabatera de Inca; de Margalida y Toni de sa Pobla, de la reina Catalineta de Montuïri, de Tòfol y Francinaina y los dos xeremiers de Palma y de los gegants de Sant Domingo de Manacor.

La música de las xeremies y los flabiols acompañó en todo momento las danzas de los personajes que dejaron boquiabiertos a los más pequeños y también a los más mayores, «es increíble que esto pase en Manacor, un pueblo que nunca se había movido por las fiestas», comentaba anonadado uno de los espectadores. Sentirse bajito y pequeño fue por un día patrimonio de todos, después de que los gegants tomaran sin ningun tipo de contemplación las calles de Manacor. El espectáculo fue grandioso y los manacorins disfrutaron con un pasacalles lleno de colorido, tradición y música.

Un acto llevado a cabo en el marco de las celebraciones de las Fires i Festes de Primavera que desde el pasado fin de semana se viven en Manacor. Unas celebraciones que este año ha disfrutado de una especial aceptación entre el público, que ha participado en masa en las actividades que se han programado.