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Después de 23 años de presentarse la primera querella, la Justicia ha dado la razón a los propietarios de la urbanización Los Almendros, en Son Rapinya. La sentencia, que condena al príncipe Tchokotua, entre otros, no es firme y se puede recurrir ante el Supremo. El juez Mariano Zaforteza, como presidente del tribunal de la Sección Quinta de la Audiencia de Palma, ha fijado la responsabilidad de los técnicos y de los empresarios que planificaron la construcción y promoción, a finales de los años setenta, de esta urbanización, cuyos pisos fueron comprados por personas con escasos recursos económicos. Estos propietarios han vivido en pisos que sufren todo tipo de deficiencia por fallos en su construcción. La Audiencia ha estimado el recurso de los 464 propietarios, que acudieron a los juzgados para conseguir que, de una vez por todas, pudieran disfrutar de una vivienda digna. Los afectados han estado representados desde el inicio del pleito por el despacho de letrados Ribas"Camps"Arbona, cuyos responsables manifestaron ayer su satisfacción por haber logrado que la Audiencia les diera la razón y les aceptara la mayoría de propuestas que presentaban. La sentencia del tribunal, que fue dada a conocer ayer, condena, por su condición de promotor y constructor, al príncipe de origen georgiano Zourab Tchokotoua a responder personalmente de las obras de reparación que deben realizarse en los más de 20 bloques de esta urbanización. Además de Tchokotoua, y por la misma condición de promotor, el juez condena a Juan Oliver Mateu y a Tomás Zaforteza y de Olives. También responsabiliza al arquitecto y a los aparejadores que participaron en la construcción, y absuelve por prescripción a los herederos del técnico que elaboró el proyecto.