La comandante Vyomika Singh, de la Fuerza Aérea India, informa a los medios sobre la "Operación Sindoor". | Efe - HARISH TYAGI

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La escalada de tensión entre Pakistán e India ha alcanzado sus cotas más altas en lo que va de siglo, después de que Nueva Delhi acusase a Islamabad de estar detrás del ataque del pasado 22 de abril en la localidad de Pahalgam, en la tradicional zona en conflicto de Cachemira, en el que murieron 26 civiles, en su mayoría turistas indios.

El recrudecimiento del conflicto en esta parte de Asia no hace sino exacerbar las tensiones profundas que actualmente asolan el panorama internacional, con focos muy activos como la guerra en Gaza, la invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Vladímir Putin o los conflictos en Sudán y otros puntos del Sahel.

Relación histórica tormentosa

Las relaciones entre India y Pakistán han estado marcadas por constantes conflictos y desacuerdos desde la partición del subcontinente indio en 1947. La disputa por la región de Cachemira ha sido el principal punto de fricción entre ambos países, llevando incluso a enfrentamientos militares en varias ocasiones.

A pesar de los esfuerzos diplomáticos y los intentos de diálogo, la desconfianza mutua y las acusaciones recíprocas han impedido una resolución duradera del conflicto. El ataque reciente en Pahalgam no ha hecho más que avivar las tensiones y alejar las perspectivas de paz en la región.

Panorama internacional

El aumento de la tensión entre India y Pakistán se suma a un panorama internacional ya de por sí convulso. Con conflictos activos en múltiples frentes, como la guerra en Ucrania, la violencia en Gaza y otros puntos de Oriente Medio, o la inestabilidad en Sudán y el Sahel, la comunidad internacional enfrenta desafíos complejos para mantener la paz y la seguridad globales.

Ante este escenario, la postura de la comunidad internacional se vuelve crucial. Se espera que los líderes mundiales y los organismos internacionales redoblen sus esfuerzos diplomáticos para prevenir una mayor escalada de los conflictos y promover el diálogo y la cooperación entre las partes involucradas.

Algunos actores como Rusia o Australia han emplazado ya en las últimas horas a las partes a serenarse y a evitar una escalada de la violencia que puede acarrear consecuencias poco certeras, pero en todo caso negativas para todos. A modo de muestra Moscú ha condenado enérgicamente los actos terrorista y subraya la necesidad de aunar los esfuerzos de la comunidad internacional para combatir esta crisis. Emiratos Árabes Unidos, Catar, Egipto y Omán también han expresado «gran preocupación» por lo sucedido.

En este contexto de incertidumbre global, España puede desempeñar un papel relevante en la promoción de soluciones pacíficas. Como miembro activo de la comunidad internacional, España ha demostrado su compromiso con la diplomacia y el multilateralismo como vías para abordar los conflictos internacionales. Desde su posición en organismos como la Unión Europea y las Naciones Unidas, España es capaz de impulsar iniciativas que fomenten el diálogo, la mediación y la construcción de confianza entre las partes en conflicto. Asimismo, puede brindar asistencia humanitaria y apoyo a las poblaciones afectadas por la violencia y la inestabilidad.