Soldados ucranianos en la región de Donetsk. | Reuters - SERHII NUZHNENKO

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El Gobierno de Ucrania ha asegurado que sus Fuerzas Armadas han logrado avanzar dos kilómetros en el frente de Bajmut, epicentro de unos combates en los que las autoridades de Rusia, en cambio, aseguran que siguen resistiendo. La viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, ha asegurado en Telegram que el «enemigo» ruso ha «fracasado» en su ofensiva, donde ha sufrido «grandes pérdidas». Ucrania, según Maliar, «no ha perdido ninguna posición en Bajmut esta semana».

El Ministerio de Defensa ruso ha alegado este mismo viernes que las informaciones que aluden a supuestos avances ucranianos «no corresponden con la realidad», a pesar de que en los últimos días el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, también ha admitido problemas. Maliar ha afirmado que Moscú ofrece «información falsa» y «se inventa historias» sobre la situación de la tropas ucranianas, todo ello para «justificar» la situación real.

En este sentido, ha apuntado que Bajmut ha adquirido una «gran importancia» en la retórica militar de Rusia y es ya un enclave «casi sagrado». Las críticas públicas de Prigozhin, cuyos mercenarios combates del lado del Kremlin, han contribuido a alimentar las dudas sobre el verdadero potencial de las fuerzas rusas, en relación a los suministros de munición o a la falta de capacidad para romper las barreras defensivas de Ucrania.

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En las últimas horas el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha afirmado que la operación en Ucrania está siendo «muy, muy difícil», y ha reconocido que los objetivos iniciales de la invasión rusa «están todavía lejos de su completa ejecución». En una entrevista con la cadena serbia ATV, Peskov ha actualizado la situación en el frente, acusando a Occidente de estar alargando la contienda: «¿Por qué ha pasado un año y todavía queda tanto por hacer? La operación militar especial comenzó como un conflicto entre Rusia y Ucrania. (...) Pero en realidad en ese momento era difícil imaginar que los miembros de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos, primero indirectamente y luego directamente, interferirían en ese conflicto».

También ha asegurado que lo que Rusia hace «no es la guerra», ya que «hacer la guerra es algo completamente diferente, es la destrucción total de la infraestructura, la destrucción total de las ciudades, etc». «No hacemos eso», ha insistido el portavoz, «estamos tratando de salvar la infraestructura y estamos tratando de salvar vidas humanas».

Sobre la ofensiva en Bajmut, Peskov cree que «será puesta bajo control ruso» tarde o temprano, aunque ha calificado los combates en la ciudad ucraniana de «bastante intensa». También ha negado las declaraciones del Grupo Wagner, que han acusado a Rusia de no enviar los soldados necesarios a la ciudad y a los militares rusos de abandonar sus puestos: «No mencionaré el nombre de nadie, pero diré que, independientemente de lo que digan y de las declaraciones que hagan, hablamos de las fuerzas armadas de la Federación Rusa. Esas son todas las fuerzas rusas, son todas las mismas y persiguen siempre el mismo objetivo».