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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado este lunes la Ley del Origen de la COVID-19, que permite desclasificar información relacionada con el origen de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 o COVID-19. La ley había sido ya aprobada por el Congreso, pero hasta ahora la Casa Blanca había expresado sus dudas sobre la posibilidad de que fuera ratificada por el presidente.

«Necesitamos llegar hasta el fondo del origen de la COVID-19 para garantizar que podamos prevenir futuras pandemias», ha explicado Biden en un comunicado. «Mi Administración seguirá revisando toda la información clasificada relativa a los orígenes de la COVID-19, incluida la posible relación con el Instituto de Virología de Wuhan», ha añadido.

Esta nueva normativa permitirá «desclasificar y compartir toda la información que sea posible» teniendo en cuenta la prerrogativa presidencial de «evitar la revelación de información que pueda afectar a la seguridad nacional». Biden ha recordado además que ya en 2021 ordenó a las agencias de inteligencia investigar el origen del virus.

Esta ley es fruto de una propuesta del senador republicano Josh Hawley y prevé ordenar al director de la Inteligencia Nacional «desclasificar toda la información relativa a posibles vínculos entre el Instituto de Virología de Wuhan y el origen» del virus. Ello incluye las «actividades desarrolladas por el Instituto de Virología de Wuhan en colaboración o para el Ejército» chino y «la investigación de coronavirus u otras actividades vinculadas realizadas en el Instituto de Virología de Wuhan antes del comienzo de los contagios del COVID-19».

La proposición de ley fue aprobada poco después de que se publicara un informe del Departamento de Energía que apunta a una fuga de un laboratorio como la causa más probable de la pandemia, aunque la Casa Blanca matizó enseguida que no había un consenso claro al respecto. El Partido Republicano ha señalado recurrentemente a la fuga de un laboratorio chino como origen de la pandemia, pero habitualmente las autoridades estadounidenses han sido cautas y han sopesado también la hipótesis de la transmisión animal-humano.