Rastro de humo tras la intercepción de cohetes de Gaza por el sistema de defensa israelí. | Reuters

TW
2

Israel bombardeó este jueves la Franja de Gaza en represalia por seis cohetes lanzados desde el enclave, un día después de que 11 palestinos murieran en una violenta redada israelí en Cisjordania ocupada, donde se vive el inicio de año más violento desde el 2000. A primera hora de la mañana, aviones de combate del Ejército israelí atacaron un centro de fabricación de armas y un complejo militar en Gaza, ambos pertenecientes al movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en la Franja desde 2007.

Estos bombardeos fueron en respuesta a seis cohetes disparados horas antes desde el enclave, de los cuales cinco fueron interceptados por los sistemas de defensa antiaérea y uno cayó en una zona despoblada. Este intercambio de fuego no dejó víctimas y llega un día después de que una violenta redada militar israelí en la ciudad de Nablus, uno de los núcleos de resistencia armada palestina en el norte de Cisjordania, dejara 11 palestinos muertos y más de un centenar heridos.

A la respuesta armada desde Gaza a la redada de ayer, se sumó también hoy una respuesta civil y política por parte de los palestinos de a pie, muchos de los cuales se adhirieron hoy a una huelga general tanto en Cisjordania como en el este ocupado de Jerusalén. La incursión este miércoles de las tropas israelíes en Nablus desencadenó fuertes enfrentamientos armados con milicianos locales e incluyó entre sus víctimas a un anciano, un menor de edad y seis milicianos vinculados con grupos armados locales.

Esta redada, una de las más violentas en la zona en los últimos años y que no dejó heridos entre las tropas israelíes, tuvo por objetivo la captura de «sospechosos involucrados en ataques» contra israelíes, según precisó el Ejército, que detalló que sus tropas mataron a los tres palestinos que buscaban. Tras estos episodios de violencia, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, destacó hoy que su política es clara: «golpear con fuerza al terrorismo y profundizar nuestro arraigo en nuestra tierra».

«Continuaremos tomando medidas enérgicas en todos los frentes, cerca y lejos, para frustrar los esfuerzos de nuestros enemigos por atacarnos. Quien intente hacernos daño, pagará el precio», agregó. Por otra parte, el mandatario anunció un plan de seguridad a largo plazo que prevé, entre otras cosas, un refuerzo del personal de la Policía y el establecimiento de una guardia nacional. Un editorial del diario Yedioth Ahronoth, el de mayor circulación en Israel en lengua hebrea, dijo que los eventos de estos días «recuerdan a los peores días de la primera y segunda intifadas».

El conflicto palestino-israelí vive un nuevo pico de violencia, que sólo en lo que va del año ha dejado ya 61 palestinos muertos. Se trata del inicio de año más mortífero en Cisjordania desde el año 2000, según el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Buena parte de estos fallecimientos se produjeron durante enfrentamientos armados desencadenados por redadas militares en Cisjordania. A estos se suman además 11 muertos del lado israelí, todos en el marco de ataques de palestinos en Jerusalén este.

«Estoy profundamente consternado por el continuo ciclo de violencia y horrorizado por la pérdida de vidas civiles», dijo anoche el coordinador especial de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, llamando a rebajar la tensión. De su lado, la Unión Europea también se dijo «profundamente alarmada por la espiral de violencia en Cisjordania». Pero para el Ministerio de Exteriores de la ANP, se trata de reacciones «tímidas, débiles», redactadas en «fórmulas repetitivas y rutinarias» que no responsabilizan a Israel por sus «crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad» y «no son consistentes» en cuanto al derecho internacional.

Mohamed Shtayeh, primer ministro de la ANP, describió la redada como «terrorismo organizado» y denunció que Israel busca trasladar su crisis política interna al conflicto con los palestinos. En ese sentido, el ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Israel, teniente general (retirado) Dan Halutz, declaró a la Radio del Ejército que «el aumento de operaciones como éstas está directamente relacionado con el momento en que asumió el actual Gobierno» de Benjamín Netanyahu, quien volvió al poder en diciembre pasado junto a sus socios ultraortodoxos y ultranacionalistas.

«Estas cuestiones no pueden estar completamente desvinculadas», sostuvo. Redadas como las de ayer no son nuevas sino que se han hecho casi cotidianas desde finales de marzo del año pasado, cuando Israel lanzó la operación llamada «Romper la ola» como respuesta a una serie de ataques mortales por parte de palestinos o árabes israelíes. Israel tomó control sobre Cisjordania y Jerusalén Este en 1967 y desde entonces mantiene una ocupación sobre estos territorios considerada entre las más largas en la historia reciente.