Biden ha visitado este lunes por sorpresa Kiev. | Reuters

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La visita sorpresa del presidente de Estados Unidos, Joe Biden reafirmó el apoyo total de su país a Ucrania cuando está a punto de cumplirse un año de la invasión de Rusia y se produjo un día antes de que el presidente ruso Vladimir Putin se dirija al Parlamento de su país en un discurso considerado trascendental. El enfado ruso por esta visita, que difícilmente no va a ser considerada como una gran provocación, fue evidente en los medios rusos que llevan días subiendo el tono en sus debates. Algunas televisiones intercalaron en sus informativos un contador regresivo que mostraba las horas, los minutos y segundos que faltaban para el discurso de su líder tras conocerse la visita de Biden a Ucrania.

En la tarde-noche del domingo empezó un gran despliegue de la policía ucraniana en un día sin apenas tráfico al ser festivo. Bastantes calles del centro fueron cerradas al tráfico lo que hizo sospechar que podría producirse algún acto importante en la capital ucraniana en recuerdo de aquel aciago 24 de febrero de 2022. Nadie podía pensar que el presidente de Estados Unidos se iba a arriesgar a entrar en territorio ucraniano en días de máxima tensión y cuando las sirenas de alarma aérea suenan más de una vez al día.

Biden realizó una visita histórica y muy comprometida para su seguridad, anunció una ayuda adicional de casi 500 millones de euros a Ucrania y avanzó su deseo de imponer nuevas sanciones contra Rusia. «Tu visita es un signo muy importante de apoyo a todos los ucranianos», comentó el presidente Volodimir Zelenski en un mensaje publicado en su canal de Telegram. En una mañana soleada y agradable, las autoridades ucranianas cerraron a cal y canto el centro de Kiev provocando atascos monumentales, y establecieron durante horas un amplio perímetro de seguridad para no importunar el paseo realizado por Biden y Zelenski, que había visitado la Casa Blanca en diciembre pasado en su primer viaje al exterior desde el inicio de la agresión contra su país hace un año.

Biden anunció que Estados Unidos incrementará la ayuda a Ucrania con más munición de artillería y misiles Javelin, especializada en destruir carros de combate y vehículos pesados. «Un año después, Kiev sigue de pie. Ucrania sigue de pie y la democracia sigue de pie», dijo Biden y recordó que el apoyo de Washington a la integridad y soberanía del país europeo es «inquebrantable». A su llegada, Biden también elogió a los ciudadanos de Ucrania por su lucha «heroica», a pesar de la falta de experiencia militar. Zelenski señaló que el «mundo democrático» tenía que ganar «esta batalla histórica» y afirmó que «es la visita más importante de toda la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania».

Coincidiendo con la visita de Biden, el ulular de las sirenas volvió a escucharse durante varios minutos posiblemente por el despegue de aviones rusos en la vecina Bielorrusia. Los ciudadanos ucranianos ya se han acostumbrado a la rutina y casi nadie cambió el ritmo de su itinerario o se puso a cubierto en algún centro comercial subterráneo o en los pasillos del metro. Medios ucranianos mostraron imágenes de ambos líderes caminando cerca de la Catedral de San Miguel hacia un muro conmemorativo en honor a los soldados ucranianos muertos en la guerra contra Rusia. Ambos mandatarios depositaron una ofrenda floral. La visita coincidió también con la conmemoración del fin de la Revolución EuroMaidan que derrocó al presidente prorruso Viktor Yanukovych entre 2013 y 2014, y que costó la vida a decenas de opositores.

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En un encuentro posterior televisado, Zelenski dijo que los resultados de la visita de Biden «seguramente se verán y tendrán un reflejo en el campo de batalla» y aseguró que la decisión de Estados Unidos de entregar carros de combate Abrams a Ucrania a principios de enero ya ha contribuido a reforzar la defensa de Ucrania. Junto a los carros de combate Leopard europeos, el músculo militar ucraniano mejorará tácticamente en una guerra empantanada de avances cortos en el terreno militar, pero con intensos combates en las primeras líneas entre los dos ejércitos.

El mandatario ucraniano agregó que también hablaron sobre armas de largo alcance. «Sé que habrá un paquete muy significativo de apoyo a Ucrania y que servirá como una señal clara de que la agresión de Rusia no tiene ninguna posibilidad», señaló. Pero lo que no consiguió Zelesnki es cambiar la decisión de Biden de no enviar los F16 a Ucrania aunque ya se comprometió al aprovisionamiento de radares de vigilancia área, según Chris Partridge, analista de la BBC, fundamentales para «la protección contra los misiles de crucero rusos y otras municiones de precisión lanzadas desde el aire, así como contra las aeronaves rusas. «Estos radares darán una advertencia adicional al ejército ucraniano de cualquier ataque aéreo», afirmó el especialista en armas de la radio pública británica.

Ucrania está recibiendo un apoyo militar, económico, diplomático y humanitario sin precedente por parte de una gran coalición internacional formada fundamentalmente por países europeos pertenecientes a la OTAN y Estados Unidos. Este país ya ha comprometido unos 30.000 millones de dólares en asistencia de seguridad para Ucrania. Al mismo tiempo que Biden realizaba este paseo simbólico por algunas plazas de Kiev, decenas de estudiantes ucranianos y personas de distintas edades sin conocer el crucial acontecimiento visitaban murales con los rostros de los fallecidos en las primeras horas de los ataques aéreos rusos contra edificios en el centro de la capital, ocurridos el 24 de febrero de 2022, el primer día de la invasión rusa.

Rodeados de cruces ortodoxas y banderas ucranianas, las fotografías con los rostros de los soldados y civiles muertos eran rodeadas de claveles blancos y rojos. En un silencio sepulcral las personas depositaban las flores mientras sus acompañantes fotografiaban el momento. La visita de Biden coincide con enfrentamientos muy duros entre las fuerzas ucranianas y una coalición de soldados y paramilitares rusos y separatistas prorrusos en la localidad estratégica de Bajmut. A pesar de la intensidad del fuego ruso, la resistencia ucraniana ha parado todas las embestidas.

Rusia intenta celebrar el primer aniversario de la invasión con un triunfo militar aunque sea nimio. Sus soldados están siendo muy presionados para conseguir resultados militares antes del viernes 24 de febrero. Los servicios secretos británicos han asegurado que las bajas en las tropas rusas son muy elevadas. El fotoperiodista Ricardo Garcia Vilanova consiguió entrar este lunes en Bajmut y tomó imágenes de colas de civiles con garrafas de aguas ante una fuente pública mientras se escuchaban con nitidez el silbido de los proyectiles y sus posteriores explosiones. Lo más sorprendente es que los rostros de las personas no se inmutaban como si se hubieran acostumbrado al sonido diario de las bombas.

Las imágenes hicieron retroceder en el tiempo a este enviado especial hasta la ciudad de Sarajevo de 1992 cuando los ciudadanos de la capital bosniaca, especialmente los niños, esperaban horas su turno y se jugaban la vida en colas que eran sistemáticamente bombardeadas. Ricardo Garcia Vilanova, posiblemente el periodista de su generación que más tiempo ha pasado bajo el fuego en diferentes conflictos recientes muy violentos, aseguró que los bombardeos en el casco urbano eran continuos y que los rusos disparaban contra todos los coches que intentaban atravesar el cerco por la única carretera abierta en el lado ucraniano.