Jair Bolsonaro, en una imagen en su época de presidente. | Efe

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El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro ha asegurado este martes que regresará en marzo a Brasil con el objetivo de liderar la oposición al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, así como para defenderse de las acusaciones sobre su responsabilidad en los ataques a las sedes de los tres poderes. Bolsonaro ha indicado que es «el líder nacional de la derecha», ya que «no hay nadie más en este momento» que pueda ocupar su lugar, al tiempo que ha subrayado que «el movimiento de derecha no está muerto y seguirá vivo», tal y como ha declarado en una entrevista con The Wall Street Journal.

En este sentido, ha explicado que trabajará, junto a miembros del Congreso y de los gobiernos estatales, para impulsar políticas favorables a las empresas o luchar contra el aborto y el control de armas. En cuanto a su fracaso en los comicios presidenciales, Bolsonaro ha reconocido que «perder es parte del proceso electoral», pero ha vuelto a poner en duda las elecciones. «No digo que hubo fraude, pero el proceso estuvo sesgado», ha afirmado tras reconocer por primera vez la victoria de Lula. Asimismo, ha reconocido que existe el riesgo de ser arrestado al regresar a Brasil.

«Una orden de arresto puede salir de la nada», ha dicho, al tiempo que ha rechazado cualquier implicación en los ataques de la Explanada de los Ministerios del 8 de enero en Brasilia. «Ni siquiera estaba allí y quieren culparme», ha dicho. En esa línea, ha desdeñado las acusaciones que sostienen que lo ocurrido aquel día fue un intento de golpe de Estado, puesto que no hubo decisiones militares que propiciaran aquellos episodios. «¿Dónde estaba el comandante? ¿Dónde estaban las tropas, dónde estaban las bombas?», se ha preguntado.

No obstante, en un primer momento deberá liderar esa oposición al Gobierno de Lula sin recibir sueldo alguno de su formación, el Partido Liberal (PL), el cual tiene las cuentas congeladas por decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) tras los intentos por anular la mayoría de los votos de las urnas electrónicas, contra las que Bolsonaro ha protagonizado una particular cruzada. La decisión del TSE de congelar las cuentas del PL busca garantizar que el partido pague la multa de 22,9 millones de reales (4,1 millones de euros) que le impuso tras considerar que actuó de mala fe litigando con una auditoría en la que sin pruebas ponían en cuestión la validez las elecciones.

Está previsto que la medida esté vigente hasta abril, si bien el PL ha podido descongelar 1,1 millones de reales (unos 197.000 euros) para pagar las nóminas de diciembre y enero de sus trabajadores, no así las de Bolsonaro y su esposa, Michelle, a la que se han encargado la gestión de la sección femenina del partido.

El matrimonio Bolsonaro tiene acordado una retribución mensual de 39.000 reales (casi 7.000 euros). Una paga que el expresidente completará con otras dos pensiones, la militar -de 11.900 reales (2.100 euros) y la que le correspondería como antiguo diputado -por valor de 35.200 reales (6.300 euros)-. Jair Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos desde finales del mes de diciembre de 2022, evitando así acudir a la toma de posesión de Lula, mientras tanto se investiga su supuesta responsabilidad en aquellos episodios tras meses jaleando los ataques a las instituciones y poniendo en cuestión el sistema electoral brasileño. Además, es objeto de cinco investigaciones que están siendo procesadas por el Tribunal Supremo Federal (STF), al tiempo que ha sido imputado en dos procesos penales, informa el periódico 'O Globo'.