Medios de comunicación en la sede de New Scotland Yard en Londres. | Reuters

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El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha prometido este miércoles reformas después de que se destapara el caso de David Carrick, un agente de Scotland Yard que hasta este martes formaba parte de la Policía a pesar de haber sido uno de los agresores sexuales más prolíficos de Reino Unido. Junto al jefe de Scotland Yard, Mark Rowley, Sunak se ha comprometido a tomar medidas para evitar que casos «absolutamente despreciables» como el de Carrick puedan volver a repetirse, así como para que sujetos como él no tengan «ningún lugar donde esconderse».

En ese sentido, ha pedido a la Policía que aborde los fallos que se han cometido para restablecer «la confianza entre el público», y en especial entre las mujeres y niñas. «El abuso de poder que hemos visto esta semana es absolutamente despreciable y debe abordarse de inmediato», ha recalcado en una visita a comisaría de Londres. «Todas las fuerzas policiales del país han recibido la orden de cotejar a todos sus agentes y personal en activo con las bases de datos policiales nacionales para identificar y eliminar a cualquiera que no debería estar en activo», ha dicho.

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«El Gobierno ya ha hecho mucho para proteger la seguridad de las mujeres y las niñas, pero seguiremos trabajando y haciendo todo lo que sea necesario para garantizar que se sientan seguras y puedan seguir con sus vidas», ha añadido. Carrick, conocido dentro de la Policía Metropolitana de Londres como 'David el Bastardo' admitió este lunes ante un tribunal de estar detrás de más de 80 delitos sexuales, incluidos casi medio centenar de violaciones a doce mujeres. La credibilidad del cuerpo está en entredicho después de dejar que siguiera activo a pesar de la quincena de investigaciones internas que se le abrió por estos hechos.

Durante casi dos décadas, este consumado y reconocido agresor sexual, que llegó a ser parte de la dotación policial que se encarga de la escolta de líderes políticos británicos e internacionales, cometió decenas de crímenes por los que en algún momento llegó a ser suspendido, sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando finalmente se han tomado medidas tras reconocer él los cargos. No es la primera vez que Scotland Yard se enfanga en un caso de este tipo, después de que el agente Wayne Couzens fuera condenado a cadena perpetua por la violación y el asesinato en marzo de 2021 de Sarah Everard, un caso que conmocionó a la sociedad británica. Un año después, las críticas por el racismo y el machismo de la institución provocaron la renuncia de la comisaria jefa, Cressida Dick.