Puente derruido con los colores de la enseña rusa. | Reuters

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Las autoridades prorrusas de la región ucraniana de Jersón, anexionada a principios de octubre por Rusia, tienen prevista la evacuación de entre 50.000 y 60.000 personas a partir de este miércoles, después de que la víspera el gobernador en funciones de la provincia, Vladímir Saldo, llamara a la población a abandonar la ciudad. «Sacamos las cuentas y planificamos trasladar aproximadamente entre 50.000 y 60.000 personas a la margen izquierda del río Dniéper», afirmó Saldo en la televisión pública rusa. Según el gobernador prorruso la evacuación llevará aproximadamente una semana.

La Administración de la ciudad envió ya esta mañana mensajes SMS a la población local con la llamada a evacuarse ante el peligro de ataques ucranianos contra los barrios de la capital regional e información del lugar de salida de los autobuses. Saldo denunció además que el Ejército ucraniano podría destruir las exclusas de la hidroeléctrica de Nueva Kajovka, por lo que «el nivel del agua podría crecer un metro en algunos lugares , por lo que hay que sacar a la gente de ahí con mayor rapidez», dijo. Este martes Saldo hizo por la tarde un llamamiento en su canal de Telegram a la población local a abandonar cuatro municipios de la margen derecha de Jersón, ante una posible ofensiva ucraniana contra la ciudad.

«Tomé la decisión difícil pero correcta de declarar el traslado organizado de la población de los municipios de Bersilav, Belozersk, Snigiriovsk y Alexandrovsk a la margen derecha del Dniéper», indicó. Saldo afirmó que esto se debe a que el Ejército ruso erigirá fortificaciones «para rechazar cualquier ataque». «Donde trabajan los militares no hay lugar para civiles. Dejemos al Ejército ruso hacer su trabajo», indicó. El gobernador en funciones indicó que la evacuación será «organizada, por etapas y gratuita». «Pido a todos mantener la calma, no escuchar a quienes promueven el pánico, la región de Jersón continúa bajo la protección segura del Ejercito ruso», añadió.

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El general ruso Serguéi Surovikin, comandante de la «operación militar especial» en Ucrania, admitió que la situación es «difícil» en esta zona. «A día de hoy es bastante compleja», dijo. «Actuaremos de modo consciente, oportuno y no descartaremos la toma de decisiones difíciles», señaló en sus primeras declaraciones tras asumir el mando máximo de las tropas rusas en Ucrania. Dijo que el Ejército ucraniano «ataca deliberadamente objetivos de la infraestructura y viviendas» en la ciudad de Jersón. Denunció que las fuerzas ucranianas han dañado los accesos sobre el Dniéper, lo cual «dificulta el suministro de alimentos».

«La comandancia de la OTAN que dirige las Fuerzas Armadas de Ucrania hace tiempo exige al régimen de Kiev operaciones de ofensiva en la dirección de Jersón sin pensar en el costo de vidas entre los militares del Ejército ucraniano o la población civil», afirmó. Surovikin dijo disponer de informaciones sobre el uso de «métodos de guerra prohibidos contra la ciudad de Jersón por parte del régimen de Kiev», al alertar sobre el peligro de un ataque con misiles a la hidoreléctrica de Kajovka o bombardeos indiscriminados contra la ciudad. «Estas acciones pueden conducir a la destrucción de la infraestructura de un importante centro industrial y un gran número de víctimas civiles», alertó, al señalar que la principal tarea del Ejército ruso consiste en conservar la vida y la salud de la población civil.

Con ese fin, añadió, las fuerzas rusas garantizarán ante todo «la salida segura, ya anunciada» de la población de Jersón. Tras el llamado hecho la semana pasada a las autoridades rusas por Saldo de apoyar la evacuación masiva de civiles de Jersón, el viceprimer ministro ruso, Marat Jusnulin, afirmó que el Gobierno ruso ofrecería vivienda gratuita a los refugiados. Posteriormente el Gobierno ruso aprobó la emisión de certificados que permitirán a los refugiados adquirir viviendas en cualquier parte de Rusia.