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Las inusuales fugas del Nord Stream, la canalización que transportaba gas desde Rusia al corazón de Europa antes de la guerra de Ucrania, han generado un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades de los países del centro del continente así como los bañados por el mar Báltico. Además, las teorías de la conspiración empezaron a aflorar desde que en público se habló de sabotaje como posible causa de las tres fugas detectadas hasta este momento.

En caso de que la investigación multipartita aclare que los daños en el gasoducto Nord Stream han sido deliberados habrá que hallar la mano criminal tras este movimiento, que de forma clara compromete la seguridad energética del centro de Europa. Algunos apuntan a Rusia, en su afán de utilizar el gas como arma de guerra, algo que ha sucedido en distintos momentos del conflicto. Sin embargo hay quien cree que los Estados Unidos tienen mucho que ganar si el gasoducto entre Rusia y Alemania no vuelve a funcionar nunca más.

El debate está servido. En las redes sociales se han compartido distintos documentos que apuntan a posibles señales del pasado que, tamizadas por los hechos presentes, hacen que todo cobre sentido para las mentes más abonadas a las teorías de la conspiración. Más allá de estos elementos, hay también pronunciamientos claros, como el agradecimiento del político polaco Radek Sikorski por el cual le han llovido abundantes 'palos'.

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Igualmente, algunas voces traen a colación dos vídeos de la administración de Estados Unidos. El primero refleja declaraciones del presidente Joe Biden antes de la invasión de Ucrania. A preguntas de un periodista que elucubraba sobre la imposibilidad de terminar el proyecto Nord Stream 2 en un contexto bélico, Biden admitía con respecto al gasoducto que «le pondremos fin». «¿Cómo hará eso exactamente?» pregunta un reportero, y Biden asegura: «Te lo prometo, seremos capaces de hacerlo».

En otro documento audiovisual la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, declara tajante que «si Rusia invade Ucrania, de una forma u otra, el Nord Stream 2 no avanzará».

Organismos de ámbito internacional y expertos han calculado el impacto en la economía europea de un cierre total del gas ruso. En ese escenario la recesión estaría a un paso en el ámbito europeo y el PIB de los países más dependientes como Alemania podría retraerse un 6 por ciento. Por su parte, Rusia vendía hasta ahora la mayor parte de su gas a Europa, y algunas fuentes han ratificado las dificultades que tendrá el Kremlin para cambiar su red de gasoductos en caso que decida reorientarlos para servir la materia prima a China, su principal socio estratégico.

El apunte

Al Consejo de Seguridad

Ante estos hechos, la Federación Rusa ha pedido una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para este próximo jueves 29 de septiembre. Moscú ha expresado preocupación por los hechos acontecidos en la canalización, y el Kremlin fue el primero en hablar de posible sabotaje, aunque todos los escenarios son contemplados.