La líder de Hermanos de Italia en la noche electoral. | Reuters

TW
4

El día después de las elecciones, la ganadora, la líder ultraderechista Giorgia Meloni, lo dedicó a la familia y al gimnasio «para bajar la tensión», pero también a numerosas llamadas para ir configurando un rápido Ejecutivo que colme las peticiones de sus socios de coalición, Liga y Forza Italia, y que sea capaz de comenzar un diálogo con Bruselas. Guido Crosetto, fundador con Meloni de Hermanos de Italia y uno de sus principales asesores, que a pesar de dejar el partido hace años, ahora cobra fuerza para un cargo en el Ejecutivo más de extrema derecha desde el fascismo, asegura que «se elegirá a los mejores» sin tener en cuenta el partido.

«Si alguien piensa que se hará el nuevo Ejecutivo con el manual Cencelli -como se conoce la fórmula política que asigna ministerios según el peso de los partidos en la mayoría gubernamental- o plantando banderas del partido en los ministerios, está muy equivocado. El gobierno de Meloni se construirá eligiendo las mejores energías italianas», dijo en una entrevista publicada hoy en el diario Il Messaggero.

Una de llamadas de Meloni fue al primer ministro en funciones, Mario Draghi, según los medios italianos, para emprender un diálogo que permita presentar los Presupuestos lo antes posible, dados los cortos plazos para ello. Las intenciones del próximo ejecutivo deben plasmarse en el Proyecto de Plan Presupuestario, que tiene que ser remitido a la Comisión Europea antes del 15 de octubre, un plazo imposible de cumplir porque aún no se ha constituido el gobierno, que como pronto podría estar listo a finales de ese mismo mes.

Noticias relacionadas

Por ello, es probable que Italia solicite una prórroga para presentar el texto, que se convertiría de inmediato en el proyecto de ley de presupuesto que el nuevo Parlamento debe aprobar antes del 31 de diciembre. Para los analistas políticos, Meloni ya ha excluido como ministro del Interior al líder de la Liga, Matteo Salvini, muy cuestionado por los barones del partido por sus malos resultados en estas elecciones, ya que no superó el 9 % y con un importante desplome respecto al 28 % en las generales de 2018.

Es un ministerio al que Salvini quería volver para aplicar de nuevo su ley de seguridad y la mano dura contra la inmigración, a pesar de estar sentado en el banquillo por haber impedido durante más de 20 días la llegada del barco de la ONG española Open Arms con un centenar de inmigrantes y que es algo que podría objetar el presidente de la República, Sergio Mattarella, que debe confirmar a los ministros. Mientras que parece que Meloni podría dejar a la Liga el Ministerio de Desarrollo Económico, donde ahora se sienta el «gurú» económico del partido soberanista, Giancarlo Giorgetti. Aunque Crosetto asegura que no habrá «reparto» de ministerios, Forza Italia, con su inesperado 8,3 %, reclama al menos cuatro ministerios y de ellos al menos uno de importancia, quizás el de Asuntos Exteriores, para Antonio Tajani con su larga experiencia en Europa.

Giorgia Meloni ha moderado su discurso antieuropeo durante la campaña sobre todo porque el diálogo constructivo con Bruselas es necesario para garantizar los próximos tramos que deben llegar de fondos europeos, así como revisar algunos detalles del Plan de Recuperación presentado por Italia para destinar más dinero a la crisis energética, como prometió en campaña. Después de que en el pasado Mattarella vetase la figura en la cartera de Economía de Paolo Savona por ser partidario de la salida del euro, esta vez Meloni irá con pies de plomo en la elección del ministro: «una figura muy seria que sepa llevar las cuentas en orden y tenga una visión estratégica de crecimiento», según explicó ella misma.

Mientras que figuras como Giulio Tremonti, ya ministro de Economía con Silvio Berlusconi y ahora en las filas del partido de Meloni, no consiguen convencer, se podría optar por un «técnico»: Fabio Panetta, economista y ex director general del Banco de Italia y presidente del Instituto de Supervisión de Seguros y miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo. Panetta sería una figura que podría tranquilizar a los mercados y capaz de dialogar con Bruselas para que reprograme el uso de los fondos europeos ante la subida de los precios de la energía. Sobre el titular de Economía, Crosetto asegura: «Necesitamos una persona con autoridad porque el ministro de Economía es el primer cargo que se juzgará no solo en Italia sino también en el extranjero». «Si comienza la turbulencia por un nombre mal elegido, el Gobierno no avanzará y Meloni es consciente de esto desde hace tiempo», advierte.