Agentes de policía turcos permanecen en guardia ante la discoteca «Reina» por las víctimas del atentado de Año Nuevo en Estambul, Turquía. | Efe

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Un tribunal de Dublín condenó este viernes a 15 meses de prisión a la exsoldado irlandesa Lisa Smith por pertenecer al Estado Islámico (EI o Daesh) entre 2015 y 2019, después de que abandonó este país para unirse a la organización terrorista en Siria. Se trata de la primera persona procesada y sentenciada en Irlanda por colaborar con un grupo terrorista islamista en un país extranjero, si bien la Corte de Justicia Penal redujo a 15 meses de cárcel la pena por un delito que puede conllevar hasta ocho años. La defensa de Smith, de 40 años, recordó durante el juicio que su clienta es una persona «traumatizada y muy vulnerable», y pidió que se tuviera en cuenta que tiene una hija pequeña y que ya pasó dos años detenida en Siria en un campo de prisioneros en «condiciones deplorables».

Esta instancia judicial la halló el pasado mayo culpable de pertenecer al EI, pero desestimó otro cargo relacionado con la financiación de ese grupo armado. El juez, Tony Hunt, declaró entonces que no se ha podido probar que la exmilitar, conversa al islam, enviara 800 euros a la organización terrorista por otros motivos que no fueran humanitarios o por caridad. Smith, nacida en la localidad irlandesa de Dundalk, fue miembro de las Fuerzas Armadas entre 2001 y 2011, hasta que se licenció al alegar que sus actividades como soldado eran incompatibles con su nueva fe.

Después de pasar por el Ejército de Tierra llegó a integrarse en las Fuerzas Aéreas y formó parte de la escolta militar que acompaña en los viajes internacionales a miembros del Gobierno de Dublín. En octubre de 2015 se desplazó a Siria en respuesta al llamamiento efectuado por el líder terrorista Abu Bakr al-Baghdadi, según explicó el juez, quien agregó que la condenada se unió al EI «sin presiones» y después de informarse «extensamente» sobre este grupo a través de vídeos propagandísticos de «extrema violencia». Smith fue capturada en 2019 en el norte de Siria por las fuerzas estadounidenses y devuelta a Irlanda para afrontar uno de los juicios más mediáticos de los últimos años.