Pese a las peticiones de ahorro algunos monumentos se iluminan de noche en Berlín. | Reuters

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Lo que sucede en Alemania tiene evidentes repercusiones en España, y más si cabe en una tierra como Baleares, donde muchos de los visitantes que llegan a lo largo del año tienen esa procedencia. En este sentido, conviene seguir de cerca los acontecimientos en el país centroeuropeo, donde el organismo regulador de la energía ha estimado este jueves que los consumidores podrán ver triplicadas sus facturas mensuales de calefacción el próximo año 2023, debido a la disminución de las importaciones de gas ruso.

«Para los que ahora reciben su factura de calefacción, los pagos ya se duplican, y eso antes de tener en cuenta la guerra de Ucrania», ha indicado este jueves el jefe de la Agencia Federal de Redes, Klaus Muller. «A partir de 2023, los clientes deben prepararse para que las facturas se tripliquen como mínimo», ha subrayado, agregando que los precios del mercado se multiplicarán por siete en algunos casos. «No afectará a todos los consumidores de forma inmediata ni en su totalidad, pero en algún momento habrá que pagarlo. Y por eso tiene tanto sentido ahorrar más ahora», ha agregado.

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Muller ha sugerido que el aumento de los costes de aprovisionamiento podría afrontarse con subvenciones a las compañías de gas por valor de miles de millones de euros o simplemente repercutiendo el coste a los consumidores y ofreciendo ayudas estatales a quienes no puedan afrontar la subida de precios. Alemania depende en gran medida de la importación de gas ruso, cuyo suministro ha caído en picado desde la invasión de Ucrania por parte del Kremlin.

Las autoridades alemanas temen actualmente que Moscú no reanude el suministro a través del gasoducto Nord Stream 1 una vez que finalice su período anual de mantenimiento el 21 de julio. Ello ha creado otro enfrentamiento político a nivel internacional, ya que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha tenido que justificar la controvertida decisión de devolver las turbinas del gasoducto ruso una vez han sido reparadas en Montreal para ayudar a Alemania en su precaria situación actual de dependencia de la materia prima, una medida en contra de la petición del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien reclamó que no se devolvieran las piezas clave para cortar así una vía de financiación de la guerra de Vladímir Putin.

El Gobierno alemán ha pedido en repetidas ocasiones a los consumidores y a la industria que ahorren energía y está tratando de reforzar el suministro de gas antes de que comience la temporada de calefacción, por el temor de una grave escasez. Muller ha resaltado que los hogares privados estarían protegidos durante una grave crisis energética en virtud de la legislación alemana y europea, y ha afirmado que «no es muy probable» que se deje de suministrar gas a los hogares. «Incluso en el peor de los casos, Alemania seguirá recibiendo gas de Noruega y de las terminales de Bélgica y Holanda, y pronto directamente de las terminales de la costa alemana». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo una tímida referencia a los difíciles meses que quedan por delante al principio de la primera jornada del Debate sobre el Estado de la Nación; unas dificultades que podrían venir en buena medida del razonamiento de la energía rusa que surte a Europa y a su influencia en los ya de por sí elevados precios.