Un miembro del ejército ucraniano con un arma antitanque ligera de nueva generación en la línea del frente cerca de Bakhmut, en la región del Donbás. | Reuters

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La situación de las tropas ucranianas en Severodonetsk, un punto del este del país básico para controlar la región de Lugansk, se hace cada vez más complicada debido a la ofensiva rusa. «Después de recuperar la mitad de la ciudad durante una contraofensiva reciente, el ejército ucraniano en Severodonetsk está bajo un nuevo ataque, ocupando posiciones en la parte industrial de la ciudad», informó Serhii Haidai, jefe de la Administración Militar Regional de Lugansk. Horas antes, Haidai había informado de que el ejército ucraniano resistía en algunas posiciones de este enclave estratégico que les podría llevar a los rusos a lograr el control sobre toda la región.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, hizo una visita sorpresa al frente de guerra, en las regiones de Lugansk y Donetsk. Ambas regiones, autoproclamadas repúblicas independientes poco antes de iniciarse la invasión rusa y reconocidas por Moscú, se han convertido estos días en los principales objetivos del ejército invasor. Para el jefe militar Haidai «la táctica rusa es borrar todo de la faz de la tierra, para que no haya nada que defender» y agregó que el nivel de daño en varios asentamientos de esta región, limítrofe con Rusia, podría compararse con el sufrido en la costera ciudad de Mariúpol, que fue arrasada.

Al menos 8 personas han muerto y 4 resultaron heridas en las últimas 24 horas en los bombardeos de las tropas rusas sobre un total de 22 asentamientos de la región del Donbás, en el este de Ucrania, informó este lunes en Facebook el servicio de prensa de las Fuerzas Conjuntas ucranianas. «Durante las últimas 24 horas (...), las tropas rusas dispararon contra 22 asentamientos en las regiones de Donetsk y Lugansk», que conforman el Donbás, aseguró el comunicado castrense, según la agencia local Ukrinform.

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Además, la tropas rusas destruyeron y dañaron al menos «56 bienes civiles, incluidos 40 edificios residenciales. Los rescatistas evacuaron a 1.491 personas de las zonas de hostilidades», precisan las fuentes. Los ataques rusos han continuado en las últimas horas en Járkov, la segunda ciudad del país, donde al menos han muerto tres personas, y en Mykolaiv, en el sur, una región parcialmente controlada por los invasores, según informan este lunes las agencias locales ucranianas. Según el gobernador de la región de Járkov, Oleh Synehubov, las fuerzas rusas intensificaron en las últimas horas el bombardeo de las zonas residenciales donde, además de los fallecidos, ha habido diez heridos entre los civiles.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia comunicó que misiles de largo alcance destruyeron una fábrica en la región de Járkov que reparaba blindados del Ejército ucraniano. En sus ataques, según el mando ruso, cayeron más de 150 militares ucranianos, dos puestos de mando, tres almacenes de armas y combustible, ocho tanques y blindados, una lanzadera múltiple Grad y una batería de artillería en la localidad de Kodema, en la región de Donetsk. El ministro de Cultura ucraniano, Oleksandr Tkachenko, afirmó este lunes que desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero son ya 32 informadores los que han perdido la vida en el conflicto.

«Este año, el Día del Periodista tiene un sabor amargo» escribió Tkachenko en su cuenta de Telegram, en la jornada que Ucrania dedica desde 1994 a reconocer la labor de los profesionales de los medios de comunicación. «Es el cuarto mes de guerra a gran escala y hemos perdido a 32 periodistas. Durante los ocho años anteriores de guerra, perdimos a más todavía,» afirmó en relación con las hostilidades que comenzaron en 2014 en el este de Ucrania. El lunes pasado, el periodista francés Frédéric Leclerc-Imhoff, que trabajaba para el canal de noticias BFMTV, murió en un ataque contra un convoy humanitario en la región oriental del país. En abril perdieron la vida, entre otros, el documentalista lituano Mantas Kvedaravicius, cuando trataba de abandonar la ciudad sitiada de Mariúpol, y la reportera ucraniana Vira Hyryich, contra cuyo hogar en Kiev impactó un misil ruso.