Una pancarta con la letra 'Z' muestra su apoyo a las tropas rusas en Ucrania. | Reuters

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El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió a su homólogo finlandés, Sauli Niinistö, que la renuncia a la neutralidad por parte del país nórdico para ingresar en la OTAN sería una decisión «errónea». «Putin subrayó que la renuncia a la tradicional política de neutralidad militar sería errónea, ya que no existe ninguna amenaza para la seguridad de Finlandia», informó el Kremlin en un comunicado. Destacó que dicho cambio en la política exterior de Helsinki «puede influir negativamente en las relaciones ruso-finlandesas, que durante muchos años se caracterizaron por un espíritu de buena vecindad y cooperación entre socios, y tuvieron un cariz mutuamente beneficioso».

Antes de iniciar el 24 de febrero la «operación militar especial» en Ucrania, Putin había demandado a la OTAN poner fin a su ampliación al este de Europa y retirar la infraestructura militar de los países que ingresaron en el bloque después de 1997. El Kremlin subrayó que la conversación había sido «franca» y se había centrado en los planes de Finlandia de solicitar el ingreso en la OTAN, adhesión que podría formalizarse en la cumbre aliada de junio en Madrid, y en la situación en Ucrania. «En particular, Putin compartió su visión del proceso negociador entre las delegaciones rusa y ucraniana, que ha sido prácticamente congelado por Kiev, que no muestra interés en un diálogo serio y constructivo», señala la nota oficial.

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No por esperada, la decisión de Finlandia de ingresar en la Alianza Atlántica ha dejado de sentar como un jarro de agua fría a Rusia, que ha amenazado a Helsinki ya con medidas «técnico-militares». A su vez, el viceministro ruso de Exteriores, Alexandr Grushkó, alertó el sábado sobre el posible despliegue por parte de la OTAN de armas nucleares en Finlandia y Suecia, una vez ambos países ingresen formalmente en la OTAN. «Basta con mirar al mapa para entender qué importancia tiene la ampliación aliada para los intereses de seguridad de la Federación Rusa», destacó. Admitió que, por el momento, la Alianza Atlántica no ha modificado su política nuclear, pero su secretario general, Jens Stoltenberg, sí ha afirmado que «las armas nucleares pueden ser emplazadas más cerca de la frontera de Rusia y los dirigentes polacos aseguraron que están dispuestos a recibirlas».

«Si esas declaraciones se confirman en la práctica, por supuesto, habrá que reaccionar con la adopción de medidas de prevención que garanticen una disuasión segura», advirtió el diplomático. Pese a la actual intervención militar rusa en Ucrania, Grushkó consideró «imposible» sospechar de intenciones hostiles por parte de Rusia contra Finlandia y Suecia, acusaciones que relacionó con los intentos de «demonizar» a Rusia desde el punto de vista político y militar.

Moscú, que acusa a Helsinki de amenazar la seguridad de Europa al abrir un nuevo flanco aliado en el norte del continente, cortó el suministro de electricidad al país vecino supuestamente por problemas de impago. El ingreso finlandés duplicaría la frontera de la Federación rusa con la Alianza Atlántica, ya que Rusia comparte 1.300 kilómetros de frontera con el país escandinavo. Rusia tiene ahora frontera con los siguientes miembros del bloque occidental: Polonia, Noruega, Estonia, Letonia y Lituania, además de 49 kilómetros de frontera marítima con Estados Unidos.