Bombardeo en el complejo de la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol, este jueves. | AZOV REGIMENT

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Los militares de Ucrania acusaron este jueves a Rusia de incumplir la tregua en la zona de la acería de Azovstal, el último reducto de la resistencia ucraniana en Mariúpol, y continuar el asalto de la planta, mientras Moscú negó haber reanudado la ofensiva contra la fábrica, donde aún se encuentran en torno a unos 200 civiles, según los últimos cálculos de Kiev. «Los rusos no respetan su promesa de tregua y no permiten la evacuación de civiles», escribió en Telegram Sviatoslav Palamar, subcomandante del Regimiento Azov, que defiende la instalación siderúrgica.

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El Ministerio de Defensa de Rusia prometió ayer abrir los días 5, 6 y 7 de mayo corredores humanitarios para la evacuación de los civiles que se encuentren en Azovstal en la dirección que «ellos elijan», en referencia a zonas controladas por fuerzas rusas o por el Gobierno de Kiev. Palamar llamó al presidente ucraniano y a la comunidad internacional a «reaccionar de forma adecuada» y presionar a Rusia para que permita la evacuación de civiles y combatientes heridos que están en la planta.

«Estos días funcionarán corredores para la salida de los civiles», insistió ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. La disposición de Rusia de garantizar la «salida segura» de los civiles de la acería fue expresada hoy también por el presidente ruso, Vladímir Putin, en una conversación con el primer ministro israelí, Naftali Bennet. Hasta ahora, según los datos de la ONU, de Azovstal ha salido cerca de un centenar de civiles que se refugiaron en la planta durante el asedio ruso de la ciudad. La mayoría de los rescatados se trasladó a Zaporiyia, a unos 220 kilómetros de Mariúpol y bajo control de las autoridades de Kiev, aunque unos pocos optaron por quedarse en la urbe.