Imagen de algunos de los civiles en los refugios bajo la planta siderúrgica del puerto de Mariúpol. | Youtube: AZOV media

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La noticia de que Rusia consiente evacuar a los civiles de la acería Azovstal, en el puerto de Mariúpol, a través de corredores humanitarios y hacia la zona que ellos deseen ha vuelto a poner en el foco a los ancianos y las mujeres y niños que llevan semanas viviendo en el subsuelo bajo la imponente planta industrial. Ese enclave, defendido hasta las últimas consecuencias por el batallón Azov, ha refugiado a miles de civiles en los cerca de dos meses de asedio que Mariúpol ha sufrido por parte de las milicias chechenas y del resto de tropas rusas, así como las de las regiones rebeldes del este de Ucrania.

De hecho, en las horas en los que las operaciones militares del presidente checheno, Ramzán Kadyrov, y el resto de comandantes rusos se focalizaban sobre la gigantesca planta acerera de Azovstal, en el puerto de Mariúpol, todavía quedaban en sus instalaciones cerca de un millar de civiles, muchos de ellos familiares de los propios defensores de la ciudad portuaria.

El vídeo que acompaña esta información arranca con un soldado ucraniano repartiendo pequeñas bolsas a una decena de civiles, todos ellos mujeres y niños. Puede que se traten de algunos de los pocos suministros que queden en los refugios subterráneos bajo Azovstal. Recordemos que a Mariúpol en general hace semanas que no llegan comida ni medicamentos, y que el agua potable y la electricidad también han escaseado desde el principio de la ocupación rusa.

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El soldado que les ha llevado las raciones escucha las quejas de las mujeres. También se aprecia uno de los rincones en los que duermen algunos de los refugiados, incluso un bebé con un pañal improvisado con bolsas de plástico. «Seguimos mostrando la vida de los civiles en los subterráneos de Azovstal. ¡El mundo los tiene que ayudar!» esgrime el perfil propagandístico del batallón Azov, que ha compartido estas imágenes en las redes sociales en las últimas horas, con la esperanza de que las potencias occidentales se comprometan más a fondo con la causa ucraniana.

Las autoridades rusas han anunciado este lunes un alto el fuego unilateral a partir de las 14.00 (hora local) para poder facilitar la puesta en marcha de un corredor humanitario con el que evacuar a los civiles que resisten junto a las tropas ucranianas en la planta metalúrgica de Azovstal, en la ciudad de Mariúpol. El jefe del Centro de Control de Defensa Nacional, el coronel general Mijail Mizintsev, ha explicado que tanto las tropas rusas como las fuerzas de las milicias de la autoproclamada república de Donetsk han decidido cesar de manera unilateral «cualquier tipo de hostilidades» para asegurar así la salida de civiles.

Ucrania, por su parte, incluye en el mismo grupo a los soldados y a los civiles que deben ser puestos a salvo de la zona de la planta siderúrgica donde se han librado intensos combates en las últimas semanas. No obstante no existe confirmación rusa de que los soldados ucranianos que han participado en la defensa de Mariúpol tengan permiso para salir de la planta y buscar refugio.