Imagen de Vladimir Putin durante una visita al complejo armamentístico de Angara, en Rusia. | SPUTNIK

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El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró este martes que la matanza de Bucha, supuestamente perpetrada por las tropas rusas en la región de Kiev, es una «falsificación». Putin recordó el supuesto arsenal químico de Irak que sirvió de pretexto en 2003 para la invasión de EEUU. «Igual de falso es Bucha», dijo Putin durante una rueda de prensa conjunta con el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, en el cosmódromo ruso de Vostochni, en el lejano oriente ruso. Cada vez que un dirigente occidental le echa en cara en conversaciones telefónicas las «atrocidades» cometidas en Ucrania, Putin afirmó que le recuerda la brutal destrucción causada por la aviación estadounidense en ciudades sirias como Al Raqa. «Nadie reaccionó entonces», dijo.

Añadió que cuando cientos de personas murieron en una boda en Afganistán: «Silencio». Las autoridades ucranianas hallaron el martes otros diez cuerpos sin vida en una fosa común en Bucha, donde habrían sido ajusticiadas cientos de personas durante la ocupación rusa. A su vez, Putini subrayó que la campaña militar en Ucrania «va según lo planeado» y que su duración dependerá de la «intensidad de los combates», lo que, recordó, trae consigo pérdidas. «Nuestra misión es lograr todos los objetivos marcados, al tiempo que minimizamos las bajas. Actuaremos de manera constante, tranquila, según el plan que fue trazado en un primer momento por el Estado Mayor General», señaló. En cuanto a las críticas del canciller federal de Austria, Karl Nehammer, de que el líder ruso está «inmerso en una lógica bélica», Putin se mantuvo en sus trece. «Nuestra lógica es simple.

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Nuestros objetivos son ayudar a la gente que vive en el Donbás, que sienten un vínculo inquebrantable con Rusia y que durante ocho años ha sido víctima de un genocidio», replicó Putin. Explicó que las acciones militares en otras regiones ucranianas están relacionadas con la intención de «constreñir» las fuerzas del enemigo, «destruir la infraestructura militar» y «crear las condiciones para realizar acciones militares más activas en territorio del Donbás». El líder ruso también denunció que «el principal objetivo» de Occidente no es ayudar a Ucrania, que no sería más que «un medio para lograr sus objetivos», que no tienen ninguna relación «con los intereses del pueblo ucraniano». Consideró que la operación rusa es una «tragedia», aunque «inevitable», calificó a Ucrania de un «pueblo hermano» y defendió el «heroísmo» y «coraje» de los soldados rusos, ya que defienden «a Rusia y los intereses nacionales».

Además insistió en que la «operación militar especial» fue «oportuna», ya que de lo contrario su país habría sido víctima de una agresión a manos de los «neonazis» ucranianos instruidos por Occidente. «Lo que ocurre ahora es la quiebra del sistema mundial unipolar que se formó tras la desintegración de la Unión Soviética. Muchos dicen que EEUU está dispuesto a luchar con Rusia hasta el último ucraniano. Lo dicen allí y aquí. En realidad, así es. Ahí está la quintaesencia de lo que está ocurriendo»,