Putin en una reunión con los miembros de su Consejo de Seguridad. | SPUTNIK

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Los ministros de Exteriores de la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos llegaron ayer a un acuerdo para sancionar con una congelación de activos financieros al presidente ruso, Vladímir Putin, y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y preparan ya un tercer paquete de sanciones contra Moscú por la invasión de Ucrania. «El Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea acaba de aprobar un segundo paquete de sanciones, la congelación de activos incluye al presidente de Rusia y su ministro de Exteriores. Prepararemos el tercer paquete», escribió en Twitter el ministro de Exteriores letón, Edgars Rinkevics.

«Hemos golpeado al sistema de Putin donde hay que golpearlo, no solo económica y financieramente sino en términos de poder. Por eso no solo metemos en la lista a oligarcas, a numerosos diputados que prepararon estos pasos, sino que ahora incluimos también al presidente Putin y al ministro de Exteriores Lavrov», había dicho a su llegada al encuentro la ministra del ramo alemana, Annalena Baerbock. «Es un paso importante, los únicos líderes del mundo que están sancionados por la Unión Europea son (Bachar al) Asad de Siria; (Aleksandr) Lukashenko, de Bielorrusia, y ahora Vladímir Putin de Rusia», recordó el alto representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Borrell para enfatizar el calado de la decisión.

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Miembros

Además, la Unión Europea amplia las sanciones financieras individuales al resto de miembros de la Duma (cámara baja del parlamento ruso) que no resultaron afectados en el primer paquete de represalias y también a seis personas del «mundo financiero ruso» que apoyan al Kremlin y «se benefician de los acontecimientos», explicó Josep Borrell. Además de las sanciones directas a Putin y Lavrov, los cancilleres de los Veintisiete dieron su visto bueno al segundo paquete de represalias de la UE contra Moscú, que busca ahogar la economía rusa con medidas contra su sistema financiero y también sobre los sectores energético y de transportes.

El foco está puesto en cortar la financiación de los bancos Alfa Bank y Bank Otkritie (que se suman a otras entidades ya sancionadas) y de empresas públicas como Kamaz, Rostec o Almaz-Antey, así como prohibir la apertura de nuevos depósitos de ciudadanos rusos en bancos europeos y la compra de acciones de compañías rusas. Las sanciones energéticas buscan impedir que Moscú tenga la tecnología adecuada para modernizar sus refinerías de petróleo, las de transportes restringen la venta de aeronaves y componentes de aeronaves, y las nuevas medidas comerciales atacan sectores como la electrónica, la informática o las telecomunicaciones. Se trata de la tercera vez que los ministros del ramo se han visto esta semana, tras una primera reunión ordinaria el lunes en Bruselas y una extraordinaria el martes en París para responder con un paquete inicial de sanciones al reconocimiento ruso de la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, que precipitó los acontecimientos. Por el momento no hay detalles concretos sobre qué sanciones se incluirían en el tercer paquete que, según avanzó el ministro letón, prepara la Unión Europea.

El apunte

Las restricciones al acceso bancario, sobre la mesa

La Unión Europea empezó a aplicar un tren «masivo» de sanciones a Rusia y va a evaluar, si se consigue unanimidad de sus miembros, para privarle de acceso al sistema de transacciones interbancarias Swift. «Todas las opciones están encima de la mesa», dijeron en su comunicado. En particular cortar el acceso a Swift para las instituciones financieras rusas, cuyos potenciales efectos van a ser objeto de un análisis encargado a la Comisión Europea», dijeron.