El primer ministro británico, Boris Johnson. | REUTERS TV

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La ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, ha acusado este sábado a Rusia de intentar instaurar un régimen afín en Ucrania para el que ya tendría incluso un nombre concreto para ser el nuevo presidente: Yevhen Murayev. «La información publicada hoy arroja luz sobre el alcance de la actividad rusa que busca subvertir Ucrania y da una idea de cómo piensa el Kremlin», ha afirmado Truss en un comunicado oficial. «Rusia debe desescalar y poner fin a sus campañas de agresión y desinformación y asumir la vía de la diplomacia», ha remachado. El texto aporta detalles sobre el supuesto plan de Rusia para imponer un nuevo gobierno, aunque no especifica si para ello es necesaria una invasión de fuerzas rusas. «Como hemos dicho en repetidas ocasiones Reino Unido y nuestros socios, cualquier incursión militar rusa en Ucrania sería un enorme error estratégico con graves consecuencias», ha añadido Truss.

Murayev, el nombre citado por Londres, es un propietario de medios de comunicación que fue diputado hasta que un cambio en la legislación electoral dejó sin representación a su partido al no alcanzar el mínimo del 5 por ciento en las elecciones de 2019. Además se nombra a otros cuatro políticos ucranianos que estarían vinculados con los servicios secretos rusos y asegura que algunos de ellos colaboraban con agentes rusos en la elaboración del plan de invasión. Entre ellos está Mikola Azarov, primer ministro con el expresidente Viktor Yanukovich, derrocado en 2014. Azarov huyó entonces a Rusia para establecer un gobierno en el exilio pese a la orden roja de detención emitida en Interpol por el Gobierno ucraniano por delitos como malversación y apropiación de fondos públicos. También se menciona a Vladimir Sivkovich, antiguo 'número dos' del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, sancionado esta misma semana por Estados Unidos por colaborar con los servicios secretos rusos.

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Igualmente se cita a Serhiy Arbuzov y Andriy Kluyev, antiguos viceprimeros ministros con Yanukovich. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha anunciado que va a dar instrucciones al ministro de Defensa, Ben Wallace, para que viaje a Moscú y se reúna con su homólogo ruso, según ha informado la cadena británica 'Sky News'. «Se espera que (Johnson) le diga a Ben Wallace, ministro de Defensa, que acepte una invitación para reunirse con el ministro de Defensa ruso en Moscú en los próximos días», ha agregado la cadena. El primer ministro británico ve la crisis en torno a Ucrania como «la mayor prueba para la unidad y la determinación de Occidente y la Alianza Atlántica en décadas».

El Ministerio de Exteriores de Rusia ha instado al Reino Unido a «cesar las provocaciones» y dejar de difundir «disparates», en una primera reacción a las acusaciones británicas. «La desinformación difundida por el Ministerio de Exteriores del Reino Unido es una prueba más de que son precisamente los países de la OTAN, con los anglosajones al frente, los que se dedican a escalar las tensiones en torno a Ucrania», ha señalado el Kremlin, según recoge la agencia de noticias rusa Sputnik. En este contexto, Rusia ha acusado a la OTAN de incrementar la actividad militar cerca de sus fronteras, percibiendo este hecho como «una amenaza para su seguridad nacional» y ha defendido el «derecho a mover fuerzas dentro de su propio territorio según lo estime conveniente».

Fuentes estadounidenses habrían confirmado la información, originada en los servicios secretos británicos, según informa el diario 'The New York Times' citando dos fuentes oficiales. Una portavoz del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense, Emily J. Horne, ha calificado de «muy preocupante» este tipo de «complots». «El pueblo ucraniano tiene el derecho soberano a decidir su propio futuro. Apoyamos a nuestros socios elegidos democráticamente en Ucrania», ha indicado.