Vladimir Putin durante una comparecencia. | SPUTNIK

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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha expresado la disposición de su país para ayudar a la Unión Europea en la crisis provocada por la fuerte subida de los precios del gas, aunque ha reiterado que fueron los propios europeos los que han creado el problema al creerse «más inteligentes que los demás». «Estamos listos para ayudar, y lo estamos haciendo», dijo Putin durante su maratoniana conferencia de prensa de final de año, en la que ha vuelto a señalar a la UE como responsable de la crisis energética actual. «Ellos crearon estos problemas por sí mismos, y deberían resolverlos por su cuenta también», ha señalado. Por otro lado, el presidente ruso ha elogiado la actuación del Banco de Rusia, liderado por Elvira Nabiullina, subrayando que sin las subidas de tipos adoptadas por la institución se habría producido en el país una situación semejante a la de Turquía. «Sé que el sector real no está satisfecho con las subidas de tipos, pero sin ellas podríamos tener una situación similar a la de Turquía», dijo Putin.

«Puede que lo consideren extraño, pero yo no interfiero en el trabajo del Banco Central, aunque lo evalúo positivamente», añadió. La semana pasada, el Banco de Rusia elevó en 100 puntos básicos la tasa de referencia para sus operaciones, que pasó a situarse en el 8,50%, encadenando así siete subidas consecutivas del precio del dinero en un intento de contener la escalada de la inflación, que ha superado las expectativas de la entidad. Con la última subida, el Banco de Rusia ha duplicado en el curso de menos de un año el tipo de interés de referencia, que el pasado mes de marzo se situaba en el 4,25%. Por contra, unos días antes el Banco Central de Turquía redujo en 100 puntos básicos el tipo de interés de referencia, situándolo en el 14%, tras cuatro recortes mensuales consecutivos, lo que ha rebajado el precio del dinero al 14% desde el 19% de principios de septiembre, provocando el desplome de la lira turca.

Asimismo, el presidente de Rusia advirtió de que la decisión por parte de los bancos centrales de muchas economías avanzadas de relajar las políticas macroeconómicas mientras optaban por acelerar el funcionamiento de la impresión de moneda «es un factor obvio, que llevó a una inflación bastante alta en las principales economías». En este sentido, no perdió la oportunidad de señalar que la tasa de inflación en Estados Unidos se ha desbocado hasta el 6,8%, más del triple de la meta del 2% la Reserva Federal (Fed). «Ese es un tema serio. Creo que la Reserva Federal tendrá que hacer algo al respecto», añadió.