Boris Johnson. | POOL

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Ante un invierno con la doble amenaza de la variante delta de la covid y una temporada de gripe más virulenta que otros años, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, anunció hoy un plan para tratar de evitar nuevas restricciones duras que incluye una tercera dosis de la vacuna para mayores de 50 años.

Johnson subrayó en una rueda de prensa que su principal objetivo de cara a los próximos meses es mantener activa la economía del Reino Unido sin que el sistema de salud público sufra colapsos.

Para ello, detalló un «plan B» que contempla reintroducir algunas de las medidas que retiró en julio, como obligar a llevar mascarillas en espacios públicos y fomentar el teletrabajo, así como establecer certificados de vacunación en discotecas y eventos masivos.

No descarta por completo otras restricciones más severas, pero quedan relegadas a un último recurso que por ahora no cree que vaya a ser necesario. «La covid todavía está ahí fuera. Tristemente, la enfermedad todavía es un riesgo, pero tengo la confianza de que vamos a poder seguir adelante con nuestro plan», dijo Johnson, que presumió de que el Reino Unido cuenta ahora mismo con «una de las sociedades más libres» y una de las «economías más abiertas» de Europa.

Todos los mayores de 50 años, así como los menores de esa edad con factores especiales de riesgo, podrán recibir una tercera dosis de una vacuna contra el coronavirus a partir de los seis meses de haber recibido la segunda.

Esa protección adicional no solo incrementará sus defensas contra las actuales variantes de la covid, sino que reforzará su sistema inmunitario para enfrentarse a eventuales nuevas mutaciones del virus que pudieran propagarse en el futuro, resaltó Patrick Vallance, el consejero científico del Gobierno británico.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo va a comenzar a vacunar a los menores de entre 12 y 15 años en Inglaterra, a pesar de que el Comité Conjunto para la Vacunación y la Inmunización (JCVI, en inglés), que asesora al Gobierno, ha rehusado recomendar ese paso.

Si una mayor proporción de la población cuenta con cierta inmunidad contra el virus, las medidas para evitar la propagación de la enfermedad tienen mayores efectos, destacó Johnson en su rueda de prensa.

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El avance de la vacunación incrementa por lo tanto su perspectiva de que en los próximos meses no serán necesarias restricciones tan severas como en anteriores oleadas de la pandemia.

El primer ministro avanzó en julio que planeaba imponer certificados de vacunación para acceder a discotecas y eventos masivos a partir de septiembre. Johnson confirmó hoy que no tiene intención de poner en práctica esa medida todavía, pero aseguró que la mantiene como una posible herramienta que aplicará si la situación epidemiológica empeora.

En caso de que se considere necesario establecer un certificado covid a la entrada de ciertos establecimientos, esa medida marcará «la diferencia entre poder mantener los negocios abiertos, operando a su máxima capacidad», o bien tener que cerrarlos, recalcó Johnson.

Si en los próximos meses se da ese paso, solo aquellas personas con la pauta completa de vacunación podrán acceder a los locales afectados, con independencia de si han dado negativo en un test de coronavirus.

La medida, que se puede poner en marcha con «poco preaviso» para las empresas, contempla controles a la entrada de discotecas, eventos interiores con más de 500 personas y exteriores con más de 4.000.

Johnson afirmó que las posibles medidas para frenar contagios son «balas en la cartuchera» que se reserva para aplicar a lo largo del invierno, no necesariamente todas al mismo tiempo, sino de manera gradual.

Sobre el teletrabajo, el plan de contingencia para el invierno publicado hoy por el Gobierno subraya que su implantación durante la pandemia «ha jugado un papel muy importante a la hora de prevenir un crecimiento sostenido» de los contagios.

Acerca de las mascarillas, que dejaron de ser obligatorias este verano en el Reino Unido, el primer ministro insistió hoy en que los ciudadanos deben «contemplar» la posibilidad de utilizarlas en interiores. En caso de que vuelvan a ser un requisito legal, lo serán solo en «algunos espacios», detalla el plan del Ejecutivo.

Por ahora, se mantienen hospitalizadas 8.413 personas en el Reino Unido con covi-19, una cifra similar a la de mediados de marzo, mientras que en las últimas 24 horas se han detectado 26.628 nuevas infecciones en el conjunto del país.