La flota pesquera francesa se ve a la entrada del puerto de Jersey, el 6 de mayo de 2021. | Reuters

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El conflicto pesquero entre Reino Unido y Francia en la isla de Jersey, que se agudizó este jueves con la protesta de unos 60 buques franceses por las condiciones de las licencias otorgadas, pone a prueba los acuerdos que regulan la relación entre Londres y la UE tras el Brexit.

El tono comenzó a elevarse el día 4, cuando Francia amenazó con represalias contra Jersey después de que el Reino Unido estableciera nuevas reglas para que sus barcos accedan a las aguas de esa isla bajo soberanía británica, pero a pocos kilómetros de la costa francesa de Normandía.

París se queja de que solo 41 barcos, de una lista de 344, fueron autorizados el pasado 30 de abril a faenar hasta finales de año, y critica también que se han impuesto límites no concertados al número de días que pueden trabajar, las especies que pueden capturar o las artes de pesca que pueden utilizar.

Los comités regionales de pesca de Normandía y de Bretaña subrayan que esas limitaciones «no están previstas» en el tratado comercial del Brexit, suscrito el pasado 24 de diciembre y en vigor desde enero, además de que no fueron notificadas con la suficiente antelación para discutirlas.

El Gobierno de Jersey y pescadores franceses se reúnen hoy una para escuchar las inquietudes de esos trabajadores y retomar las buenas relaciones anteriores, según las autoridades de esa isla autónoma, en un intento por rebajar una disputa que tiene a patrulleras de uno y otro país velando por sus intereses.

Firmeza francesa

La postura de París es clara: «La cuestión de fondo es que los británicos deben respetar sus compromisos», subrayó hoy la Presidencia francesa con un llamamiento a la calma para solucionar cuanto antes el contencioso.

El día 4, la ministra francesa del Mar, Annick Girardin, se mostró inflexible con el cumplimiento de lo pactado y advirtió de que para ello tiene medios de presión, como el suministro de electricidad a Jersey a través de un cable submarino desde las costas francesas.

El anuncio de esas eventuales represalias francesas provocó que el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció al día siguiente el envío de dos patrulleras a Jersey como medida de precaución.

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Y la Marina francesa respondió hoy con otros dos buques, el «Athos» y el «Thémis», dispuestos a intervenir si la situación degenera, según indicó a Efe la Prefectura Marítima de La Mancha.

La pesca fue uno de los capítulos más espinosos para llegar a un compromiso entre Bruselas y Londres sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y la actual disputa refleja la tensión todavía vigente.

Zona de recursos

Los pesqueros francesas capturan en esas aguas sobre todo, cangrejos, bogavantes, vieiras y caracoles. Es una zona con abundantes recursos, por lo que el sector francés atribuye este diferendo más a una cuestión ideológica que de medios.

«Creo que hay una mala voluntad británica de cumplir los acuerdos», dijo a Efe el presidente del consejo departamental de La Mancha, Marc Lefèvre, que culpa a los pescadores de Jersey del actual «discurso de enfrentamiento» y desmiente que los franceses no hayan respetado sus compromisos sobre los límites de días de trabajo y de capturas.

Las autoridades francesas admiten que el denunciado cambio británico en las condiciones, con menores períodos de pesca o la exigencia de modificar los tipos de redes, ha provocado una preocupación «muy fuerte y comprensible» entre los pescadores del país.
A su vez, Johnson expresó hoy que su apoyo al Gobierno de Jersey es «inequívoco».

Pero los pescadores franceses confían en que la firmeza gala no se concrete en represalias: «Espero que no lleguemos ahí. Hace falta que las Islas Anglonormandas entiendan que hay una relación de vecindad. Están a 12-15 millas (de Francia) y tienen más relación con nosotros que con Inglaterra», concluye Lefèvre.

De momento, la protesta de los cerca de 60 pesqueros franceses que se concentraron a la salida del puerto de Saint Hélier solo duró horas, para dejar a los respectivos ministros que alcancen una salida política.

«Nuestra voluntad no es alimentar las tensiones, sino que haya una aplicación rápida y completa del acuerdo», había señalado hoy el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, tras hablar con David Frost, el actual responsable gubernamental británico de las relaciones con la UE.