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Una mujer refugiada, embarazada de ocho meses, se intentó prender fuego en su tienda del campo de refugiados de Lesbos tras saber que no sería trasladada a Alemania, según informaron este miércoles los medios locales.

La mujer, de 26 años, se enfrenta a una posible pena de prisión pues ha sido llamada a responder ante un Tribunal mañana ante la acusación de incendio premeditado con agravantes.

Según se ha sabido a través de los medios locales, la joven, de origen afgano y que ha recibido ya el estatus de refugiada, debería haber sido trasladada a Alemania hace una semana, pero en el último momento no pudo volar por el avanzado estado de su embarazo.

Tras esto, la mañana del domingo sacó a sus dos hijos de la tienda que comparten en el campo de refugiados y se prendió fuego.

Gracias a otras personas alojadas allí y a los trabajadores del centro, el incendio se pudo controlar y la mujer fue trasladada al hospital de Mitilene, donde está siendo tratada por quemaduras, y ya se encuentra fuera de peligro.

El vuelo en el que la mujer tendría que haber sido trasladada fue el primero directo entre una isla del Egeo y Alemania y permitió que 116 personas reconocidas como refugiadas, incluidas 30 familias con menores originarias de Afganistán, Irán e Irak llegasen a Hannover.

El campo de refugiados de Lesbos acoge a alrededor de 7.000 personas y fue construido en un tiempo récord para dar respuesta a la crisis humanitaria del pasado septiembre, cuando unos incendios destrozaron el ignomioso campo de Moria, dejando a miles de personas a la intemperie.

Desde entonces, el nuevo campo ha sido muy criticado por la falta de instalaciones, preparación ante la llegada del frío e incluso por haber sido construido en parte sobre un antiguo campo de tiro donde se han encontrado trazas de plomo.

Mientras, en la noche del martes un niño de 6 años falleció en un incendio en un campo de refugiados en Tebas, a unos 50 kilómetros al norte de Atenas.

Según medios, el niño vivía en un contenedor con sus padres y sus tres hermanos, todos solicitantes de asilo procedentes de Irán, y fue el único de la familia que no pudo escapar al fuego.

El Servicio de Bomberos no ha podido determinar el origen del incendio pues, cuando llegaron a la zona, tuvieron que ser escoltados por policías ante el enfado de los vecinos, que recuperaron el cadáver del niño ellos mismos ante el retraso de la ayuda y lanzaron piedras y otros objetos a los camiones que intentaban acercarse para sofocar las llamas.