Varias piscinas al aire libre de Londres dieron este sábado la bienvenida a sus primeros visitantes, | Reuters

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Inglaterra avanzó este sábado en su plan de desescalada por la COVID-19, a un ritmo mayor que el resto del Reino Unido, con la apertura de teatros, piscinas y deportes de equipo al aire libre, mientras el Gobierno se plantea hacer obligatorio el uso de las mascarillas en todos los espacios cerrados.

Apertura gradual de piscinas exteriores

Varias piscinas al aire libre de Londres dieron este sábado la bienvenida a sus primeros visitantes, que tuvieron que hacer una reserva a través de Internet, si bien otras han decidido tomarse más tiempo para preparar sus instalaciones, ya que han afirmado que el anuncio de reapertura el pasado jueves les ha pillado por sorpresa.

Los aficionados a deportes de equipo están de enhorabuena, ya que también pueden practicar desde este sábado actividades como el criquet, que cuenta con muchos seguidores entre los británicos.

Los salones de belleza, tatuajes y spas podrán levantar la persiana a partir del lunes y los gimnasios, polideportivos y piscinas interiores lo harán a partir del 25 de julio.

La lenta recuperación de la industria cultural

El Ejecutivo de Boris Johnson ha permitido también la reanudación de los espectáculos teatrales siempre que se produzcan al aire libre y con una audiencia limitada que respete la distancia de seguridad, después de que muchas compañías decidieran ofrecer algunos de sus espectáculos en Internet durante los meses de confinamiento.

La venta de entradas para estas actuaciones se efectúa a través de la red, de modo que las compañías puedan conocer la identidad de los asistentes y facilitar así el rastreo de contactos en caso de que se produzcan positivos por COVID-19.

El Gobierno británico indicó que estudia junto a la industria cultural cómo podrían llevarse a cabo funciones en interior, dirigidas a un público reducido y siempre manteniendo la distancia aconsejada de un metro, para elaborar la guía que permita la realización de estas actividades.

El sector de las artes escénicas del Reino Unido afronta pérdidas anuales por valor de 74.000 millones de libras (83.000 millones de euros) y la potencial desaparición de 400.000 empleos en 2020, ya que especialmente las compañías pequeñas no pueden afrontar la disminución de ingresos que comporta la limitación del aforo.

«La pandemia ha doblegado al teatro. Los teatros no tienen el dinero para operar de forma viable con distanciamiento físico. Es difícil ver la apertura de estos lugares antes de finales de año», indicaron en una carta abierta las organizaciones Society of London Theatre, UK Theatre y un centenar de actores, escritores y directores.

A principios de junio, Society of London Theatre anunció que todos los teatros del West End, en la capital británica, permanecerán cerrados hasta al menos el 2 de agosto, sin embargo, el productor Cameron Mackintosh, que ha trabajado en musicales como Les Miserables y Hamilton, dijo que ve muy complicado que los espectáculos se retomen este año.

El pasado lunes, el Gobierno británico dispuso un paquete de ayudas de 1.570 millones de libras (1.740 millones de euros) para teatros, galerías, museos y otros centros culturales del país, después de que varias entidades culturales, entre ellas el icónico Royal Albert Hall de Londres, advirtiesen del riesgo de colapso que afrontan.

A este plan, en forma de préstamos y subsidios, también podrán acogerse cines independientes y centros musicales del país, que han sufrido un duro golpe por el parón económico desde el pasado marzo, cuando el Gobierno dispuso el confinamiento de la población.

Uso obligatorio de la mascarilla

Johnson ha anunciado que su gabinete se plantea hacer obligatorio el uso de las mascarillas en las tiendas, con el objetivo de ser «más estrictos» en la insistencia de que la ciudadanía se cubra la nariz y la boca en espacios reducidos donde se entra en contacto con otras personas, después de que se haya constatado la evidencia científica de que ayuda a frenar la transmisión del virus.

La medida, según fuentes del Gobierno citadas por la prensa local, podría entrar en vigor en las próximas semanas.

El líder conservador, quien en abril estuvo hospitalizado por el virus, fue visto este viernes, por primera vez, llevando una mascarilla durante una visita a varios establecimientos de su circunscripción electoral de Uxbridge, en el noroeste de Londres.

«Estamos buscando formas de asegurarnos de que la gente realmente lleve cubiertas faciales en las tiendas, por ejemplo, donde existe el riesgo de transmisión», dijo el «premier» en una sesión de preguntas hechas por los ciudadanos.

El jefe del Ejecutivo añadió que es una buena medida para hacer que la gente se sienta «segura» y retome su actividad normal, en especial, su vuelta al trabajo, ya que las perspectivas económicas apuntan a una contracción del 14 % en 2020, con una posible tasa de desempleo de hasta el 9 %, según el Banco de Inglaterra.

En la actualidad, cubrirse el rostro solo es obligatorio en Inglaterra para utilizar el transporte público y acudir a los hospitales, mientras que en Escocia también lo es en comercios, pese a que muchos ciudadanos optan por no hacerlo.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan ha llamado a los ciudadanos a practicar su ocio con precaución, ya que tras la reapertura, el pasado sábado, de pubs, restaurantes y hoteles, algunos tuvieron que cerrar temporalmente días después al detectarse varios contagios.

«Disfrutad apoyando a vuestros negocios locales este fin de semana, pero manteneos seguros, la vida depende de ello», dijo Khan en un vídeo colgado en Twitter, en que aparece con una mascarilla para recordar la importancia de su uso.

Según las últimas cifras, el Reino Unido sobrepasa las 44.600 muertes por COVID-19 y registra más de 288.00 casos, por lo que se mantiene como el primer país de Europa y el tercero del mundo más afectado por la pandemia.