Para intentar relanzar el mercado automovilístico en Francia, que en abril en pleno confinamiento se hundió un 88,8 % respecto al mismo mes de 2019 y que ha acumulado más de 400.000 de unidades invendidas, Macron anunció un paquete de 1.000 millones de euros en subvenciones. | Pixabay

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El presidente francés, Emmanuel Macron, presentó este martes un plan de 8.000 millones de euros de ayuda al sector automovilístico para hacer frente a la crisis, que incluye el compromiso de los grupos PSA y Renault de fabricar en Francia sus vehículos "limpios", eléctricos e híbridos.

Macron, que detalló sus anuncios en una planta de la empresa de componentes Valeo en Etaples (norte), explicó que a cambio del apoyo público, PSA y Renault tendrán que «relocalizar la producción con valor añadido en Francia y consolidar y mantener la totalidad de la producción industrial» en las plantas que tienen en el país.

El primer beneficiado será Renault, que está en una situación delicada y espera como agua de mayo un préstamo garantizado por el Estado de 5.000 millones de euros.

De todos modos, Macron dijo que el crédito no se otorgará hasta que concluyan las negociaciones que la dirección debe iniciar el próximo lunes con los representantes de los trabajadores para darles garantías y fijar una estrategia de futuro.

Antes de eso, Renault presentará el viernes un plan de ajuste para el que la dirección no ha excluido ni el cierre de factorías ni la supresión de empleos.

Un millón de coches al año

La ambición de Macron para el sector es «hacer de Francia la primera nación de vehículos limpios en Europa», con una producción anual de más de un millón de coches eléctricos, híbridos enchufables o híbridos simples en el horizonte de 2025.

Para llegar a eso, Renault se ha comprometido a triplicar su producción de coches eléctricos para llegar a 240.000 en 2022 y a localizar también en Francia el nuevo motor eléctrico de 100 kilovatios que ha desarrollado dentro de su alianza con Nissan, que inicialmente debía fabricarse en Asia.

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El grupo del rombo -en el que el Estado es el primer accionista junto a Nissan, con un 15 % cada uno- también entrará en la alianza industrial impulsada por París y Berlín para fabricar en Europa las baterías de los coches eléctricos, que suponen en torno al 40 % de su valor.

PSA, por su parte, va a pasar de no haber ensamblado ni un solo vehículo eléctrico o híbrido en Francia el pasado año a 130.000 en 2021, con una inversión de más de 400 millones de euros en las futuras cadenas de tracción eléctrica y en el citado proyecto europeo de baterías del que ya es socio junto a Total y a Saft.

Además, PSA indicó que en el horizonte de 2022 en sus instalaciones de Sochaux se ensamblará el Peugeot 3008 eléctrico.

Subvenciones a la compra

Para intentar relanzar el mercado automovilístico en Francia, que en abril en pleno confinamiento se hundió un 88,8 % respecto al mismo mes de 2019 y que ha acumulado más de 400.000 de unidades invendidas, Macron anunció un paquete de 1.000 millones de euros en subvenciones.

Desde el 1 de junio se activará un dispositivo para cambiar un coche antiguo que habrá que enviar al desguace por otro nuevo o de segunda mano de tecnología reciente y poco contaminante, con una ayuda estatal de 3.000 euros y hasta de 5.000 si se adquiere un eléctrico.

Igualmente, desde junio aumentarán las primas para la compra de coches "limpios" (acumulables con las anteriores) hasta los 7.000 euros para los particulares que se decanten por un vehículo eléctrico y 5.000 para las empresas. Y se crearán unas nuevas de 2.000 euros para los que opten por un híbrido recargable.

El presidente francés también desgranó otros dispositivos de ayudas a proyectos de innovación tecnológica para el automóvil -que da trabajo directo a cerca de 400.000 personas en Francia-, como el que han lanzado Michelin y Faurecia en Lyon para la pila de hidrógeno, o el de Valeo para motores eléctricos 48V.