Desde que se detectó el primer caso autóctono de COVID-19 en Italia el 21 de febrero, el país ha contabilizado 189.973 contagios, incluyendo a los fallecidos, los curados y los positivos.
Los enfermos suman actualmente 106.848, es decir, 851 menos que hace 24 horas, y se sigue reduciendo el número de hospitalizados y de ingresados en unidades de cuidados intensivos.
El jefe de protección Civil, Angelo Borrelli, celebró que por primera vez el número de altas supera al de nuevos contagios, pues desde ayer se han curado 3.033 pacientes y ha habido 2.646 nuevos casos de contagio.
Del total de pacientes con coronavirus en Italia, 81.710 se encuentra en aislamiento domiciliar, sin síntomas o con síntomas leves, mientras que 22.871 están hospitalizados (934 menos en 24 horas) y 2.267 en cuidados intensivos (117 menos).
Desde el inicio de la gestión de la emergencia, 1.052.577 personas han sido sometidas a una o varias pruebas para comprobar si estaban contagiados con coronavirus, según los datos oficiales.
El presidente del Consejo Superior de Sanidad, Franco Locatelli, informó de que el factor de transmisión del coronavirus (R0), que indica el número de personas que puede contagiar cada enfermo, se sitúa actualmente entre el 0,5 y 0,7.
El Gobierno italiano estudia el plan para iniciar la reapertura del país el 4 de mayo y este jueves la ministra del Interior de Italia, Luciana Lamorgese, dijo que propondrá que se levante la prohibición de oficiar funerales.
La titular de Interior ha considerado que «no es humanamente soportable impedir la celebración de funerales a las familias golpeadas por el duelo» y ha opinado que se deberían permitir, aunque sea para un número reducido de familiares.
Actualmente están permitidas en el país las actividades productivas esenciales, pero el Gobierno evalúa con el comité científico si permitir que las empresas reanuden su actividad a finales de este mes, siempre que puedan garantizar condiciones de seguridad para sus empleados.
En cualquier caso está previsto que a partir del 4 de mayo casi 3 millones de italianos vuelvan a sus lugares de trabajo y los sindicatos han pedido a la patronal y al Ejecutivo que cuenten con la protección necesaria frente a la pandemia.
La ministra de la Administración Pública, Fabiana Dadone, ya ha adelantado que el teletrabajo seguirá siendo la norma general para los trabajadores públicos, una medida que podría extenderse al sector privado que pueda facilitarlo.
Para paliar los efectos negativos que el confinamiento por el coronavirus ha causado en la economía del país, Roma ultima otro decreto para este mes de abril con estímulos millonarios, que se sumará al impulsado en marzo con ayudas de hasta 25.000 millones de euros a empresas y familias.
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