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El Eurogrupo llegó este jueves a un acuerdo sobre un paquete de medidas económicas que movilizará medio billón de euros en préstamos para apoyar a Estados, empresas y trabajadores frente a la pandemia, después de que Holanda haya accedido a aligerar las condiciones de acceso al fondo de rescate.

Los ministros de Economía y Finanzas comunitarios han logrado un pacto en su segundo intento, después de que el miércoles por la mañana tuviesen que suspender la reunión tras dieciséis horas por falta de consenso sobre este punto.

El paquete de medidas adoptadas consta de tres pilares: una línea de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate, con 240.000 millones de euros en préstamos; un fondo del Banco Europeo de Inversiones con hasta 200.000 millones en créditos para empresas y un fondo temporal contra el paro con 100.000 millones para ayudas al empleo.

El encuentro, que debía haber comenzado a las 17.00 horas, se reanudó a las 21.30 horas para evaluar el borrador de compromiso elaborado tras intensos contactos bilaterales, impulsados por Francia y Alemania, que han servido para desbloquear el enfrentamiento entre Holanda e Italia a cuenta del fondo de rescate.

El texto llegó a la mesa de los Veintisiete con el apoyo de España, Italia, Holanda, Francia y Alemania, así como del presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, y menos de una hora después ha recibido el visto bueno de los Veintisiete.

Según fuentes diplomáticas, el acuerdo ha sido posible después de que Holanda haya retirado su exigencia de que el acceso a la línea de crédito que movilizará el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate, esté sujeta a que los países beneficiarios cumplan condiciones macroeconómicas, como reformas estructurales, extremo al que se negaban Italia y España.

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Madrid ha defendido desde el principio de la negociación que las condiciones de los préstamos debían suavizarse al máximo y en ningún caso podían consistir en las reformas estructurales o programas de privatizaciones que se exigieron con los rescates tradicionales, puesto que ningún Estado es responsable de la crisis desatada por la pandemia.

En las reuniones bilaterales mantenidas antes del encuentro, la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, ha «peleado duro» en este sentido, apuntan fuentes diplomáticas.

El acuerdo final recoge que la única condición para acceder a los fondos será que se destinen a gastos sanitario directos o indirectos y que, una vez efectuados estos, los países retornen a una senda fiscal disponible.

Centeno se mostró convencido de que los países que necesiten acceder a estos créditos serán capaces de identificar gastos ligados a la cura y prevención de la enfermedad por hasta el 2 % de su PIB, que es el tope de financiación que podría proporcionarles el MEDE.

Más allá de las tres medidas a corto plazo, el Eurogrupo acordó trabajar en un «fondo de recuperación» para la fase posterior a la pandemia, pero dejó en manos de los jefes de Estado y de Gobierno las decisiones sobre los aspectos legales, prácticos y de financiación del mismo.

En cuanto a la demanda de una decena de países de que este se financie con la emisión de coronabonos, el acuerdo se limita a señalar que algunos Estados miembros quieren que se haga con la emisión de deuda común y que otros creen que hay que encontrar medios alternativos para ello.

«Hemos alcanzado un buen acuerdo en el Eurogrupo, con una red de seguridad triple para trabajadores, empresas y estados en la lucha contra el COVID-19. Seguiremos trabajando en mecanismos comunes de financiación para la recuperación económica», dijo Calviño en Twitter tras la reunión.