Militares ecuatorianos transportan ayudas dispuestas por el Municipio de Quito (Ecuador), para ayuda a personas en situación de vulnerabilidad. | Efe

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El Gobierno de Ecuador aseguró este lunes haber recolectado todos los cadáveres que se encontraban en domicilios en Guayaquil, y que esa tarea a día de hoy se demora un lapso de 12 horas desde la notificación de los familiares a las autoridades.

«Ya no hay casos atrasados», manifestó Jorge Wated, responsable de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) destinada para la crisis en Guayaquil, epicentro del brote de coronavirus en Ecuador, que ha sido en la última semana escenario de una grave acumulación de cadáveres.

500 cadáveres recogidos en una semana

Wated precisó que desde el comienzo de la situación, el domingo y lunes de la semana pasada, la fuerza especial del Ejército, «ha recogido unos 500 cadáveres de los domicilios» y «entregado unos 480 certificados de defunción que ha permitido que las funerarias privadas puedan trasladar y enterrar más rápido».

En total, desde que se iniciaron la labores en Guayaquil han sido levantados más de 1.300 cadáveres, entre los acumulados en casas particulares, los fallecidos en hospitales y los que fueron recogidos por funerarias privadas.

La crisis se originó por la reducida actividad de los servicios fúnebres («funcionaban a un 30 %») a raíz del toque de queda de 15 horas, decretado para frenar la propagación de la COVID-19, y del temor a contagiarse por parte de sus operarios.

Solo la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil, registra hoy 2.534 casos, un 67,6% del total en el país (3.747, según el último parte).

Contribuyó a esa situación en Guayaquil el creciente número de muertos a raíz de la emergencia sanitaria, pues a los habituales -de 40 a 50-, se sumaron los causados por la pandemia, y aquellos que no ha podido comprobarse si fueron portadores del virus.

En Ecuador hay 173 muertes posiblemente relacionadas a la COVID-19, que no han sido contrastadas.

El jefe de la FTC explicó que cuando sus efectivos civiles y militares llegaron, ya «había acumulados cientos, más los que se iban muriendo todos los días».

Y refirió que «en seis días hemos conseguido igualarnos entre el número de fallecidos en viviendas y los que alcanzamos a recoger».

Agilizaciones de gestiones

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En esa labor, la fuerza especial amplió la capacidad de recogida del departamento de Criminalística de la Policía Nacional, que pasó de dos a más de una docena de vehículos, amplió el número de morgues móviles de tres a doce y facilitó a las funerarias privadas el proceso de entierros al simplificar la gestión de las defunciones.

Asimismo, habilitó un número de whatsapp para ayudar al colapsado servicio de emergencias del 911, lo que ha permitido que en lugar del levantamientos de 24 cadáveres al día, se hayan recogido entre 80 y 100.

«En total, entre hospitales y viviendas estamos hablando de más de 1.300 en la última semana y media», aseveró Wated, cifra que no incluye los que han llegado a funerarias privadas que trabajaban a una capacidad reducida.

Entre las funciones de la fuerza también figuran las de agilizar y llevar a sepultura a los difuntos.

Wated indicó que este lunes se enterraron «unos 140» de los 200 previstos, en un proceso meticuloso para que se preserve la identificación de los muertos y sus familiares sepan donde serán enterrados, porque debido a la posibilidad de contagio la inhumación se realiza sin ellos.

Acerca de cuántos restos quedan por enterrar, calculó que aún podrían ser «cientos, quizás más de mil», que serán sepultados de manera individual y no en una fosa común, como se propuso desde instancias «municipales».

Contenedores frigoríficos como morgues

Entretanto, las autoridades de Salud han comenzado a utilizar los siete contenedores frigoríficos dispuestos en hospitales, a fin de albergar de manera temporal los cuerpos de fallecidos en centros médicos locales.

Tres de los contenedores fueron donados a la Alcaldía de Guayaquil para los hospitales Monte Sinaí y Teodoro Maldonado Carbo, además del departamento de Criminalística.

Ese es el caso de John Narváez. Su hermano falleció en el Hospital Mariana de Jesús, en un suburbio de Guayaquil, y cuando volvió de adquirir el ataúd para su entierro, le dijeron que el cuerpo había sido trasladado hasta una de las morgues móviles.

«No sé dónde está su cuerpo, me dijeron que se lo habían llevado al Guasmo Sur, a un contenedor, pero de ese hospital me mandaron para el cementerio. Aquí me dicen que vuelva mañana», dijo a Efe en los exteriores del Parque de La Paz.

Wated aseguró que desde este mismo lunes todos podrán saber dónde se encuentran sus seres queridos a través de una página web habilitada con tal fin y que está siendo actualizada constantemente con las listas de fallecidos.