En la capital, Pekín, las calles siguen prácticamente desiertas y la mayoría de los establecimientos cerrados | WU HONG

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China regresó de las prorrogadas vacaciones del Año Nuevo lunar con el reto de recuperar la normalidad mientras continúa su lucha por contener la neumonía de Wuhan, cuyo número de muertes asciende ya a 361 personas y los infectados a 17.205.

La cifra es significativa pues supone que las muertes causadas por el coronavirus en la China continental superan ya las que causó el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS) en 2003, ya que buena parte de las víctimas mortales de aquella epidemia fallecieron en Hong Kong.

No obstante, el SARS fue mucho más mortífero de lo que lo está siendo hasta el momento el virus de Wuhan, que mantiene una tasa de mortalidad del 2,09 por ciento.

Entretanto, millones de chinos debían volver este lunes a sus puestos de trabajo tras casi dos semanas de descanso, pero en algunas grandes urbes como Shanghái, sede de centenares de multinacionales, las vacaciones se extendieron hasta el día 9, mientras que toda la provincia de Hubei, epicentro del foco, continúa parada.

Así, la tímida reapertura de comercios, instituciones oficiales, bancos y algunas fábricas fue el primer intento de China de mostrar que puede sobreponerse al coronavirus.

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Controles de temperatura

En la capital, Pekín, las calles siguen prácticamente desiertas y la mayoría de los establecimientos cerrados, y muchas empresas optaron por pedir a sus empleados que trabajen desde sus domicilios, ya que quedarse en casa sigue siendo la principal recomendación del Gobierno chino.

En el Aeropuerto Internacional de Pekín, los controles de temperatura son obligatorios para entrar y salir del país, pues la fiebre es uno de los primeros síntomas del nuevo coronavirus, que también puede acarrear fatiga, tos seca o dificultad para respirar.

En ese sentido, las autoridades tomaron nuevas medidas para prevenir contagios durante los viajes de regreso del Año Nuevo chino, así como nuevas directrices para zonas públicas y el transporte público.

Pero la zona que continúa paralizada y sin atisbos de normalidad, salvo los negocios imprescindibles para la vida diaria de los ciudadanos, es la provincia de Hubei y su capital, Wuhan, que suma ya diez días de cierre y cuarentena y es donde se están produciendo la mayoría de las muertes y de los contagios.