Imagen del cañón de agua que la policía ha utilizado durante los altercados en Chile. | Reuters

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Continúan los incidentes en Chile. Lo que comenzaba como una jornada de protestas marcada por la tranquilidad en Santiago de Chile este miércoles, con el paso de las horas se desvirtuó con disturbios y enfrentamientos con las fuerzas del orden.

La llamada a un paro nacional de las agrupaciones sindicales, educativas y docentes se desarrolló de forma pacífica, e incluso los manifestantes llegaron por primera vez en 13 días de protestas a marchar frente al Palacio de La Moneda, algo que no había sucedido hasta el momento.

Tras horas de protesta sin incidentes, esa normalidad se vio alterada cuando Carabineros trató de dispersar a los ciudadanos reunidos ante la sede del Gobierno.

Las tanquetas de agua entraron en acción y desde ese momento las fuerzas del orden trataron de evitar que la situación se saliera de control como ocurrió en los días previos en el centro de la capital chilena, que registró incendios y saqueos sobre locales comerciales.

La Policía se desplegó después hacia el sector de Plaza Italia, donde varios miles de personas expresaron su rechazo a la situación de desigualdad social en el país austral.

Aunque los manifestantes estaban cortando el tráfico en la céntrica plaza, no había ningún acto de violencia ni vandalismo a diferencia de otros días, apenas alguna barricada aislada que no interrumpía la protesta pacífica y de carácter festivo.

Las fuerzas del orden llegaron a la zona para desalojarla empleando tanquetas de agua y con disparos de bombas lacrimógenas y bolas de goma.

En cuestión de minutos los manifestantes se dispersaron para buscar protección ante la contundencia empleada por las Fuerzas Especiales de Carabineros, que comenzaron a ser atacadas con piedras por encapuchados que aparecieron en el lugar.

Los disturbios estallaron en la zona cercana a la ribera del río Mapocho, que cruza la ciudad de este a oeste y que se convirtió en una especie de frontera natural entre manifestantes y policías.

El balance oficial del Gobierno tras doce días de protestas contabiliza 20 muertos, entre ellos seis ciudadanos extranjeros, y 5 de esas muertes ocurrieron presuntamente tras intervenciones de las fuerzas de seguridad del Estado.

Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) han registrado 3.712 detenidos en todo el país y 1.233 civiles heridos, 688 por disparos (perdigones, bolas de goma, disparos de bala o arma no identificada), además de actos de tortura sexual durante detenciones, golpes, vejaciones y arrestos ilegales.

El alza en el precio del billete del metro de Santiago desató una oleada de protestas en demanda de amplias reformas para reducir la desigualdad.