Angela Merkel y Theresa May en Berlín. | HANNIBAL HANSCHKE

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La Cámara de los Comunes de Reino Unido ha aprobado este martes por una amplia mayoría el plan de la primera ministra, Theresa May, de pedir una segunda prórroga del Brexit, un día antes del Consejo Europeo en el que los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete valorarán la petición británica.

May solicitó por carta el pasado viernes al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, una ampliación del plazo para la salida de Reino Unido de la UE hasta el 30 de junio, si no consigue antes que el Parlamento británico dé su visto bueno al acuerdo del Brexit.

Los diputados han respaldado la 'hoja de ruta' de May en una votación celebrada este martes que se ha saldado por 420 votos a favor y 110 en contra. El Gobierno estaba obligado a someter su plan a Westminster después de que el lunes sus señorías aprobaran una ley que les da el poder de supervisar y hacer cambios.

May ha recibido este espaldarazo parlamentario --uno de los pocos que puede contar desde que comenzó el proceso del Brexit-- en el continente, donde este martes se ha reunido con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, para ganar adeptos.

La primera ministra del Reino Unido visita París

Las mandatarias británica y alemana se han reunido durante hora y media en Berlín y, según el comunicado difundido por Downing Street, han coincidido «en la importancia de garantizar una salida ordenada».

No obstante, Merkel se ha mostrado partidaria de la alternativa propuesta por Tusk, que plantea una prórroga «flexible» del Brexit hasta final de marzo de 2020, con la posibilidad de que el divorcio se produzca antes si Reino Unido arregla sus asuntos internos, la ya conocida como 'flextensión'.

Merkel ha confirmado en declaraciones a la prensa recogidas por la agencia de noticias DPA que en la cumbre del miércoles en Bruselas los líderes europeos abordarán la 'flextensión'.

Posteriormente, May ha embarcado rumbo a París para verse con Macron, a quien ha pedido igualmente que apoye su plan para fijar el 30 de junio como nueva fecha límite y ha puesto al tanto de sus negociaciones con la oposición para superar la crisis política en torno al Brexit.

«También han hablado sobre las próximas elecciones al Parlamento Europeo y la primera ministra le ha dicho que el Gobierno está trabajando muy duro para evitar que Reino Unido tenga que participar en las mismas», ha indicado el Número 10 en una nota oficial.

Horas antes, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, ha declarado en el Parlamento irlandés que Macron «está abierto» a una segunda prórroga, si bien «quiere saber con qué condiciones» se concede, «particularmente sobre la implicación de Reino Unido en la toma de decisiones futuras».

«En el caso de que haya una extensión larga, un año sería demasiado largo para nosotros», ha dicho una fuente del Palacio del Elíseo a Reuters, descartando así la propuesta de Tusk.

WESTMINSTER, PARALIZADO

Entretanto, las conversaciones entre el Gobierno y el Partido Laborista de Jeremy Corbyn para encontrar una solución a la actual parálisis parlamentaria continúan, ha informado este martes un portavoz de Downing Street.

Desde las filas opositoras son poco optimistas porque, según denunció Corbyn a última hora del lunes, «no parece que (el Gobierno) vaya a moverse de sus líneas rojas originales».

Un portavoz laborista se ha quejado de que, a pesar de que durante la jornada de este martes han mantenido intensas conversaciones, «aún tenemos que ver un cambio claro en la posición del Gobierno»

El objetivo de estas negociaciones es lograr que Westminster apruebe el acuerdo del Brexit negociado por Londres y Bruselas. El Parlamento ya lo ha rechazado hasta en tres ocasiones, lo que obligó a las partes a retrasar la ruptura del 29 de marzo al 12 de abril.

Los líderes europeos avisaron en su anterior encuentro de que si May pedía una nueva prórroga debía explicar para qué. Además, ello obligaría a Reino Unido a celebrar las elecciones europeas. La UE, aseguran, ya se ha preparado para una ruptura a las bravas.