Equipos de rescate tras el accidente aéreo de un avión de Ethiopian. | STR

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Testigos han relatado que el Boeing 737 MAX 8 desprendió humo y se sacudió violentamente en el aire antes de estrellarse a las afueras de Adís Abeba. Incluso aseguran que pudieron ver partes del aparato desprenderse antes del impacto en el que murieron las 137 personas que viajaban a bordo.

Media docena de testigos han explicado a enviados de Reuters desde la zona de pastos en la que se produjo el siniestro que el avión llevaba una estela de humo detrás y cuatro de ellos han mencionado un fuerte ruido antes de que se estrellara el aparato.

«Había un fuerte ruido tembloroso. Como si se doblara o agitara un metal», ha apuntado una ama de casa de 26 años, Turn Buzuna, que vive a unos 300 metros del lugar donde cayó el avión. «Todo el mundo dice que nunca habían escuchado este tipo de ruido de un avión y vivimos bajo una ruta aérea», ha señalado.

El dueño del campo en el que se estrelló el avión es Malka Galato, un campesino de 47 años que cultiva cebada y trigo y que también vio humo y chispas en la cola del avión. «El avión estaba muy cerca del suelo y dio un giro (...). Las vacas que pastaban huyeron asustadas», ha explicado.

Tamirat Abera, de 25 años, caminaba cerca del lugar del impacto y ha descrito un brusco viraje del avión que dejó una estela de humo blanco y objetos que cayeron como ropa y papeles antes de estrellarse unos 300 metros más lejos. «Intentaron tomar altura, pero no lo consiguieron y cayeron de morro (...). Había fuego y humo blanco y después humo negro», ha asegurado.

El avión acababa de despegar, por lo que tenía una importante carga de combustible, lo que provocó una explosión tras el impacto. En el lugar trabaja personal de Cruz Roja con mascarillas y se han recuperado ya objetos personales como libros infantiles --'¡Oh, piensa en todo lo que puedes pensar!' del Dr. Seuss y 'Ana de las Tejas Verdes'-- o un diccionario francés-inglés parcialmente quemado. También yace en el suelo un bolso de mujer con la base quemada y abierto con un frasco vacío de perfume.

El avión ha quedado destrozado en pequeñas piezas diseminadas en unas dos hectáreas. Los restos más grandes son una rueda y un engranaje dentado. «Cuando planeaba se podía ver el fuego en la cola. Después intentó levantar el morro», ha explicado otro testigo, Gadisa Benti. «Cuando pasó sobre nuestra casa el morro apuntaba hacia abajo y la cola se había elevado. Entonces se precipitó al suelo de morro y explotó», ha añadido.

Otro vecino, Nigusu Tesema, ha ayudado a recopilar los documentos de identificación de las víctimas para entregárselos a la Policía. «Estamos conmocionados y tristes», ha afirmado.
Minutos antes del siniestro aéreo en Etiopía, el piloto del vuelo ET302 comunicó a la torre de control que había sufrido un fallo y pidió permiso para volver a aterrizar en Adís Abeba, recibiendo la autorización de los controladores, según explicó el domingo por la tarde en rueda de prensa el consejero delegado de Ethiopian Airlines, Tewolde Gebremariam.

LUTO EN LA ONU

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha informado de que entre las víctimas del accidente del avión siniestrado este domingo en Etiopía hay un total de 19 trabajadores de agencias de la ONU como la propia OIM.

En concreto, hay trabajadores de la OIM, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Banco Mundial, entre otros organismos.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha comparecido este lunes en la sede de Naciones Unidas en Nueva York en «un día triste para muchas personas de todo el mundo y para la ONU en particular». «Una tragedia global ha tocado cerca de casa. La ONU está unida en el dolor», ha apuntado antes de trasladar sus «más profundas condolencias» a los familiares y seres queridos de los fallecidos.

Los funcionarios de la ONU fallecidos «tenían una cosa en común: un espíritu de servicio a la gente del mundo para hacer de él un lugar mejor». «Honremos la memoria de nuestros compañeros manteniendo vivo su espíritu de servicio», ha remachado antes del minuto de silencio por las víctimas.

El PMA ha confirmado, por su parte, que siete de sus trabajadores están entre los fallecidos, una cifra que corrige la de diez fallecidos que ofreció el domingo el PMA. «Mientras lamentamos esta terrible pérdida, tenemos presente que cada uno de estos colegas del PMA estaba dispuesto a viajar y trabajar lejos de sus hogares y seres queridos para ayudar a hacer del mundo un mejor lugar para vivir. Esa fue su motivación, como lo es para el resto de la familia del PMA», apunta la agencia en un comunicado.

El PMA ha publicado una lista con los siete fallecidos que incluye a dos italianas, una nepalí, una indonesia, una china, un irlandés y un serbio.