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El inventor danés Peter Madsen ha sido condenado este miércoles a cadena perpetua por un tribunal de Copenhague por matar el pasado agosto en su submarino a la periodista sueca Kim Wall, cuyo cadáver fue descuartizado y arrojado al mar Báltico.

El tribunal destacó en el fallo que tres mujeres fueron invitadas en días previos al submarino antes que Kim Wall, así como el interés de Madsen por la mutilación y tortura de personas y que éste no haya dado «ninguna explicación creíble» de por qué llevó al sumergible utensilios como una sierra.

Madsen, de 47 años y muy popular en su país por sus diseños de submarinos y cohetes, aseguró durante el juicio que la muerte se produjo de forma accidental y sólo reconoció haber descuartizado el cadáver.

Los cambios en su declaración -primero dijo que la mujer se golpeó la cabeza con la escotilla y luego que murió asfixiada por una emisión de monóxido de carbono- y su justificación de que modificó el relato de los hechos en consideración a los familiares de la reportera tampoco resultó creíble para el tribunal.

El fallo resaltó que los análisis forenses muestran restos de violencia en el torso de Wall mientras estaba viva, contradiciendo la explicación de Madsen de que esas lesiones fueron hechas cuando partió el cadáver, según él horas después de la muerte.

La causa de la muerte no ha podido ser establecida, por el tiempo que la cabeza permaneció bajo el mar hasta ser encontrada, pero el tribunal destaca que los forenses hallaron signos de que las vías respiratorias de Wall fueron tapadas, lo que reforzaría la hipótesis de muerte por asfixia.

La sentencia, que será recurrida por Madsen, cree probado que el inventor, en cuya ropa y cuerpo se hallaron restos de sangre coagulada de la víctima, la ató con unas correas y la torturó.

«El tribunal ha sopesado al fijar la pena que fue un homicidio cínico y brutal de una periodista que había aceptado dar una vuelta en el submarino del acusado», consta en el fallo.

La decisión del tribunal coincide con la petición del fiscal, que de forma subsidiaria reclamaba una especie de prisión permanente revisable, mientras que la defensa de Madsen pedía una pena menor o de duración determinada, si era declarado culpable de la muerte.

Madsen salió a navegar el pasado 10 de agosto por la tarde con Wall, a quien había invitado a su submarino para concederle una entrevista.

Fue el novio de la periodista el que alertó esa noche a las autoridades de la desaparición, lo que puso un marcha un dispositivo de búsqueda que finalizó al día siguiente, cuando Madsen reapareció solo en el submarino en la bahía de Køge, al sur de Copenhague.

El inventor aseguró inicialmente haberla desembarcado la noche anterior en el puerto, pero ya al día siguiente afirmó que había muerto de forma accidental, una explicación que modificó de nuevo semanas más tarde, cuando los restos mutilados fueron apareciendo tras una intensa búsqueda de las policías sueca y danesa.