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La justicia alemana ha condenado este jueves a cadena perpetua a un refugiado acusado de la violación y el asesinato en 2016 de una joven estudiante en la ciudad de Friburgo, en el suroeste de Alemania.

El tribunal ha aplicado la pena máxima a Hussein K. al considerar probado que fue el único autor de la muerte de la universitaria, de 19 años. El abogado de oficio del acusado ha anunciado que recurrirá la sentencia, pidiendo que se tenga en cuenta como atenuante que el encausado se encontraba bajo los efectos de las drogas en el momento del ataque.

Los asistentes al juicio han aplaudido al escuchar un fallo que en Alemania se esperaba con atención, dado que el caso, de gran relevancia mediática, generó conmoción en el país y abrió un intenso debate sobre seguridad en un momento en el que la potencia europea acababa de recibir en plena ola migratoria a cerca de un millón de solicitantes de asilo.

La estudiante de 19 años fue violada y asesinada en octubre de 2016. Siete semanas después el sospechoso fue detenido por las autoridades. El refugiado dijo entonces tener 17 años. Sin embargo, dos miembros de la Fiscalía solicitaron un dictamen al respecto bajo la sospechosa de que en el momento del crimen tenía al menos 22 años.

La joven universitaria se dirigía sola a casa en su bicicleta procedente de una fiesta cuando, según revelaron las investigaciones, fue atacada, estrangulada y violada por el sospechoso. Después, éste introdujo el cuerpo inconsciente de su víctima en el río Dreisam donde la estudiante se ahogó.

El cadáver fue encontrado a la mañana siguiente. Gracias a huellas en el cuerpo en el lugar del crimen y del análisis de unas imágenes de video en un tranvía, la Policía dio con la pista del sospechoso. Hussein K. vivía en Friburgo con una familia de acogida al ser considerado un refugiado menor de edad.