Expectación mediática para escuchar a familiares de la diputada laborista Jo Cox, tras la decisión del tribunal. | HANNAH McKAY

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Un hombre obsesionado con el nazismo y la supremacía blanca fue sentenciado a cadena perpetua el miércoles por el asesinato de la diputada británica Jo Cox, un ataque en plena calle que impactó al Reino Unido una semana antes del referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea.

Thomas Mair, de 53 años, disparó tres veces y apuñaló repetidamente a Cox, de 41 años y madre de dos niños pequeños, en su circunscripción electoral.

Durante el ataque perpetrado el 16 de junio, el asesino gritó «Reino Unido primero» y «Mantener a Reino Unido independiente», según se pudo escuchar en el juicio. Cuando fue arrestado le dijo a los agentes que era un activista político.

Mair, de complexión delgada, se había negado a defenderse o hablar en el juicio y solo pidió hacer una declaración después de que el jurado unánimemente lo declaró culpable, pero el juez Alan Wilkie rechazó su petición.

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«No eres un patriota», dijo Wilkie. «Con tus acciones, has traicionado la quintaesencia de nuestro país: su adherencia a la democracia parlamentaria».

El juez añadió: «Esta claro (...) que tu inspiración no es el amor al país o a tus conciudadanos, es la admiración al nazismo y a similares credos supremacistas blancos antidemocráticos».

Mair, que fue acusado bajo leyes antiterroristas, también fue condenado por graves daños físicos después de apuñalar a un hombre de 77 años que había ido a ayudar a Cox durante el ataque.

Cox solo ejerció como diputada durante poco más de un año, tras ganar con una amplia mayoría un escaño para el opositor Partido Laborista en la zona en la que creció.