El presidente francés, François Hollande, descubre una placa frente al Estadio de Francia en homenaje a las víctimas de los atentados del 13 de noviembre. | Efe

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El presidente francés, François Hollande, finalizó en la sala Bataclan las conmemoraciones oficiales celebradas este domingo en los diferentes escenarios de los atentados yihadistas que hace un año causaron la muerte de 130 personas y heridas a varios cientos.

Hollande, que llegó a Bataclan a las 11.00 locales (10.00 GMT), repitió ante la fachada de esta sala de conciertos el mismo esquema sobrio que había comenzado dos horas antes en el Estadio de Francia, que fue cronológicamente el primer lugar donde se produjeron los ataques.

Hollande inició el recorrido poco antes de las 09.00 locales (08.00 GMT) en el Estadio de Francia, con el descubrimiento de una placa de recuerdo del atentado, el primero de toda la cadena, que se produjo en los alrededores y donde murió una persona.

Tras un minuto de silencio, el hijo de esa primera víctima mortal, Manuel Dias, de origen portugués, leyó un emotivo texto que acabo con una proclama: «¡Viva la tolerancia, viva la inteligencia, viva Francia!».

Al cabo de 20 minutos, Hollande salió de Saint Denis en dirección del distrito X de la capital francesa, y en concreto de las terrazas de bares y restaurantes donde hace un año también atentó el comando terrorista y donde le esperaba la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo.

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Están previstas ceremonias similares, solemnes y sin discursos oficiales, en cada una de ellas, primero en el Carillon y el Petit Cambodge, luego en la Bonne Bière, en el Comptoir Voltaire, en la Belle Équipe y por último en el Bataclan.

En Bataclan, François Hollande primero descubrió una placa conmemorativa de la masacre, luego un hombre y una mujer leyeron los nombres de las 90 personas que fueron asesinadas allí, puso una corona de flores y se guardó un minuto de silencio.

El jefe del Estado, que estuvo acompañado en ese acto por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y a más distancia por buena parte de los miembros de su Gobierno, saludó a continuación a allegados y familiares de las víctimas que se habían acercado, en una mañana fría y con una lluvia fina intermitente.

También conversó brevemente, para manifestarles su reconocimiento, con algunos de los profesionales que intervinieron la noche de los ataques: policías, bomberos o sanitarios.

El homenaje en Bataclan estuvo rodeado de férreas medidas de seguridad, con barreras resguardadas por agentes con metralletas, que obligaban al poco público presente a presenciar el acto a varias decenas de metros.