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El eurodiputado británico Steven Woolfe seguirá ingresado dos días más en un hospital de Estrasburgo para reponerse del desvanecimiento que sufrió el jueves en la Eurocámara, después de un «altercado» cuyos protagonistas y circunstancias siguen sin estar claros.

Woolfe se desplomó sobre una pasarela del Parlamento Europeo después de una acalorada discusión que ya nadie niega. El Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) ha abierto una investigación para esclarecer el incidente, que ha mostrado las costuras de un grupo en pleno proceso de renovación.

El eurodiputado Mike Hookem, señalado como supuesto agresor de Woolfe, ha negado «categóricamente» que hubiese atacado a su compañero. En una entrevista a la cadena BBC, ha reconocido que ambos discutieron por la exclusión de Woolfe del primer proceso de primarias para suceder a Nigel Farage al frente del UKIP y que, posteriormente, se produzco una «riña».

«Se levantó delante de todos y dijo 'salgamos fuera de la habitación'. Creo que sus palabras fueron 'mano a mano'», ha relatado ahora Hookem, quien sí ha denunciado un «ataque» de su compañero de partido. «Vino hacia mí y me defendí», pero «no hubo puñetazos, ni bofetadas», ha explicado Hookem.

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Woolfe, sin embargo, difiere en su versión. Según declaraciones citadas por el 'Daily Mail', sí que se produzco una agresión. Después de abandonar la sala de la discusión inicial, «vino a mí y me atizó un golpe», ha asegurado.

Hookem ha señalado, no obstante, que Woolfe ya se ha puesto en contacto con él para «tenderle la mano de la amistad», aunque ahora está por ver si esta aparente reconciliación llega demasiado tarde. El UKIP, que ya no oculta el bochorno, ha abierto una investigación que podría acarrear consecuencias.

El presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha considerado «extremadamente serio» el altercado y también ha lanzado su propia investigación, mientras que algunas voces del UKIP, como el dirigentwe galés Neil Hamilton, han reclamado directamente que intervenga la Policía.

El incidente amenaza con pasarle factura al UKIP en términos políticos o incluso económicos. El empresario Arron Banks, uno de los principales donantes, ha subrayado que se trata de un «punto de inflexión» dentro del futuro de la formación euroescéptica.