Drogadictos durante una clase de Zumba como parte de un programa de desintoxicación en la ciudad de Mandaluyong, al este de Manila, en Filipinas. | FRANCIS R. MALASIG

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Al menos 8.800 drogadictos se han entregado en Manila y se han incautado estupefacientes por valor de 34 millones de euros en los primeros 12 días de mandato del nuevo presidente del país, Rodrigo Duterte, informó este miércoles la Policía.

Los cuerpos de seguridad han acudido a más de 12.000 viviendas de supuestos drogadictos y han detenido a 362 delincuentes dentro del plan de lucha contra las drogas del nuevo mandatario investido el 30 de junio pasado, según la Oficina de Policía de la Región Nacional Capitalina (NCRPO, sus siglas en inglés).

Además, se ha neutralizado a 43 supuestos traficantes de drogas y se ha confiscado un total de 300 kilos de shabu, una metanfetamina altamente adictiva y destructiva cuyo uso está muy extendido en Filipinas, apunta el diario local «Philstar».

El director del NCRPO, Oscar Albayalde, aseguró que respetan los derechos humanos, y añadió como justificante que cuentan con el asesoramiento de un experto y un programa de orientación para los agentes.

«Tenemos a más de 20.000 oficiales en terreno y la necesidad de mantenerse al tanto con las leyes que marcan los derechos humanos es crucial», afirmó Albayalde.

«El NCRPO liderará los esfuerzos en hacer de Metro Manila el lugar más seguro para vivir, trabajar y hacer negocios», añadió el jefe policial.

Estas operaciones de las fuerzas de seguridad forman parte del plan de lucha contra las drogas que prometió Duterte durante su campaña electoral, en la que repitió en numerosas ocasiones que mataría a miles de drogadictos y criminales para reducir la tasa de delincuencia del país.

La Policía ha sido fuertemente criticada las últimas semanas por el aumento de las muertes de supuestos traficantes de drogas y la aparición en las calles de decenas de cadáveres acribillados y cuerpos descuartizados.

Según el diario local «Inquierer», 183 delincuentes han muerto en las operaciones antidroga desde el 10 de mayo, al día siguiente de las elecciones presidenciales que dieron la victoria a Duterte.