Un cartel muestra el cambio de divisas en una oficina de cambio de moneda en Londres tras el referéndum. | Efe

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La libra se ha depreciado este viernes más de un 7,5 % frente al dólar, hasta caer a mínimos de 1985 en una sola sesión, y un 6 % frente al euro, arrastrada por el triunfo del Brexit en el referéndum del Reino Unido.

El resultado del plebiscito ha llegado a causar una caída de hasta un 11 % en el cambio de la libra frente al dólar, desde los máximos anuales registrados ayer, de 1,4877 dólares, a los mínimos del año, 1,3237 dólares, que ha tocado durante la sesión de este viernes.

La reacción de los inversores ante la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea comenzó a reflejarse en la cotización de la divisa sobre las 05:28 de la mañana, hora británica, cuando la libra cayó un 11 % ante el dólar y se cambió por 1,3237 dólares, su nivel más bajo desde 1985, cuando llegó a 1,0520 dólares.

Así, la depreciación de la moneda británica ha confirmado las previsiones de analistas como los de AXA Investment Management, que veían «una caída del 10 % de la libra frente al dólar», aunque su desplome hasta 1,3237 dólares ha superado a la baja la franja de 1,36 y 1,41 dólares que predecía el economista jefe de Saxo Bank, Steen Jakobsen.

No obstante, a lo largo de la sesión, la libra se fue estabilizando frente al dólar y se colocó en 1,3634 unidades poco después de las 14:00 horas, con una caída del 8 % frente al billete verde.

Al final del día, la libra se cambiaba a 1,375 dólares, un 7,54 % por debajo del cambio previo con la moneda estadounidense.

El euro consiguió este viernes imponerse a la libra, que tras conocerse los resultados del referéndum británico se hundió un 7,9 % ante la moneda única, hasta 1,2033 euros, niveles que no tocaba desde marzo de 2014.

La libra registraba así su mayor retroceso ante el euro desde el 17 de diciembre de 2008, cuando se dejó un 3,09 %.

Como ocurrió con el dólar, la libra consiguió recuperarse a lo largo de la sesión, aunque al final del día se dejaba un 6 %, hasta 1,228 euros.

No obstante, a pesar de que el euro se ha fortalecido frente a la libra, los analistas temen consecuencias negativas para la moneda única, afectada por el Brexit.

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Así, el director de riesgos de Ebury, Enrique Díaz-Álvarez, considera que «los niveles de cotización actuales del euro-dólar no están teniendo en cuenta el empeoramiento del panorama político» y en las próximas semanas «la tendencia del euro será considerablemente a la baja».

Los analistas de Goldman Sachs prevén un «rendimiento menor» del euro debido a la incertidumbre por el Brexit y los pasos que se seguirán durante el proceso de salida.

El euro bajó en esta sesión un 2,16 % ante el dólar, un 0,67 % ante el franco suizo y un 5,78 % ante el yen.

La protagonista del día, la libra, se depreció también ante estas divisas, consideradas refugio, el principal objetivo de compra de los inversores durante esta sesión.

Su apreciación llevó a que la libra se dejara un 11,08 % ante la moneda nipona, hasta 140,02 yenes, y un 6,54 % ante el franco suizo, hasta 1,332 francos.

Las turbulencias registradas este viernes en el mercado de divisas se repetirán en los próximos días, apuntan los analistas.

«En los próximos seis meses, la libra podría debilitarse cerca de un 10 %», apunta un informe de Goldman Sachs, mientras que el economista de Beka Finance, Victor Peiró, cree que la depreciación de la divisa británica podría ser de esa cuantía en los próximos días.

El profesor de Esade Robert Tornabell considera que los bancos centrales «se verán obligados a dar apoyo a la libra esterlina» con medidas como la compra de deuda soberana en libras y la inyección de liquidez en las bolsas y la deuda corporativa de las compañías británicas.

De hecho, el Banco de Inglaterra ya ha anunciado que va a respaldar las «facilidades de liquidez en la libra y en las divisas».

En el mercado de materias primas, el Brexit ha beneficiado a la cotización del oro, que se ha revalorizado este viernes un 4,79 %, hasta 1.317 dólares la onza, y los inversores recurrieron también al bono alemán, que tras las fuertes compras volvió a tasas de rendimiento negativas.